Ada
Hay una sensación nueva en mí que me acoge el corazón con fuerza y brilla como una estrella en el cielo, y es fascinante. Y solo sucede cuando estoy con Cody, y ¡Demonios!, es tan fácil estar con él, y hablar sobre lo que sea porque me escucha y dice las cosas correctas, y ahora mi mente solo puede evocarlo a él.
Lo extraño durante los periodos de clases, y los descansos cuando no consigo verlo, y esta semana apenas he podido echarle un vistazo y verme con él, y no dejo de pensar en la cita que tuvimos.
No he estado en una desde la secundaria, y esta vez se sintió diferente porque fue más genial, y divertida que nunca.
No obstante, todos mis pensamientos sobre él desaparecen cuando mis oídos son inundados por la risa de Nick.
Alzo mi mirada encontrándome con mi mejor amigo, y me sorprende descubrir que ha conseguido un maldito piercing en su ceja derecha, además, de que, su chaqueta de cuero negra lo hace lucir extremadamente atractivo como todo un tipo malote con cosas chunga dentro de un armario, y cuando sus ojos verdes me observan y coloca una sonrisa en sus labios encuentro que está divertido con mi reacción.
—¿Por qué demonios luces como Patch Cipriano con metal en la cara? —le pregunto, directamente y enarco mi ceja hacia él.
—Jodido dios, nena. —se carcajea, y procede a tomar asiento a mi lado. —Solo es un maldito piercing y ya me estás alabando como un dios, pero, no me quejo para nada de ello, me gusta. —bromea, y deja un beso sobre mi mejilla.
—¿Esto tiene que ver contigo, señor «aro de nariz» sexy? —pregunto hacia Phineas que luce divertido con la situación.
—Mierda. Me haces ver como si fuera una mala influencia. —ríe, Phi. —Pero, no obligué a nadie a hacer nada. —alza sus manos por delante de su pecho y cabecea firmemente sobre sus palabras.
—Solo siéntate y cállate. —siseo, y concentro mi mirada sobre el vidrio templado. —Debería eclipsarlos como los hermanos Salvatore. —refunfuño.
—Eso suena bien, y me pido a la rubia de la esquina. —escucho fanfarronear a Phi, por lo que, levanto mi mirada hacia dónde ha indicado. —Sin duda, me gusta.
Oh, mierda.
Eso es notablemente un «No» para Phineas Hudson porque Alissa está fuera de su liga, sabiendo que, Nick aprieta su mandíbula con fuerza, y suelta un resoplido feroz como si estuviera a punto de atacar a alguien, no obstante, ignora a la rubia y a Phi, y se concentra en el inicio del partido.
—Esa es Alissa, ¿verdad? —me pregunta, Phi en un susurro, y su boca me da una sonrisa ladeada.
Y me sorprendo de que sepa siquiera eso, pero, supongo que ha pasado mucho más tiempo con Devon de lo que creí.
—Si valoras tu vida, Phi. Mantente fuera de ese asunto. —sugiero con firmeza.
El sonido retumbante de una bocina me deja estática en mi silla por un segundo. Y pronto, se escuchan los gritos animados de los estudiantes de Columbia en la tribuna cuándo Cannon da la bienvenida a nuestro equipo, en tanto, Archie comienza a relatar con brevedad la victoria de nuestra universidad en la Frozen Four hace casi nada.
Una sonrisa se forma en mis labios al encontrar al jugador número setenta y dos con mi mirada, y mi corazón salta en reconocimiento, mientras, me acomodo en mi asiento, y finjo que no estoy extasiada por Cody.
—¿Qué carajos es eso? —escucho preguntar a Nick a mi derecha, y trago saliva con fuerza, siendo, consciente de que pudo haber notado mi mirada sobre Cody. —¡Es una jodida mascota! ¡Oh, joder!
ESTÁS LEYENDO
«Susúrrame lo que quieras» (GC #2.5)✔©
RomanceTodos contamos con alguna debilidad. Para Cody Coleman es una chica, pero, no cualquiera, sino la hermana de su mejor amigo. Ada Floyd detesta a los playboys, detesta a los idiotas, y en su pirámide de odio, Cody Coleman tiene el primer puesto. ¿Qué...