Capítulo 16: Bennie & The Jets.

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Ada

Hay muchas cosas que nunca me espero; probablemente, porque soy una pesimista de mierda, y eso. Pero, está más que claro, que recibir una llamada de Cody Coleman a la madrugada no entra en las cosas que espero. Además, si incluimos el intercambio de sus secretos hacia mí. 

Quisiera creer de manera ferviente que la situación entre nosotros no está cambiando, no obstante, si está pasando, y me estoy acojonando enormemente hasta lo que cabe.

La mansión de Coleman es sofisticada, bonita y jodidamente sacada de un Reality show como el de las Kardashian. 

Jodidos infiernos, por donde, quiera que mire solo hay oro, diamantes, y a duras penas algo de cobre. Esta casa me está intimidando.

Cody se acaba los beignets, y los Heart Jam Cookies. 

Enserio, es como un niño bebiendo de su vaso de leche con una sonrisa preciosa que me calienta el corazón. 

Me gusta saber que puedo sacar algo de alegría en medio de todo su desastre. 

—Es hora de ir a dormir, chico bueno. —menciono. 

Cody alza su mirada, y esos ojos marrones oscuros brillantes lucen cansados, y asiente silenciosamente hacia mí. 

Observo como se levanta de la silla alta en un salto corto, y sus pies descalzos avanzan hacia la entrada principal. Desde atrás luce tan intimidante como siempre con su metro noventa de estatura y espalda musculosa. 

Sus dedos se envuelven en la barandilla de la escalera y comienza a subir los escalones sin ánimo, en tanto, lo sigo hacia su habitación.

Aun me sigo sorprendiendo de la amplitud de esta casa. Entonces, una vez, que ingresamos, Cody se deja caer sobre el filo de la cama.

Suelto un suspiro contra mis labios.

—¿Podrías quedarte, Ada? —me pregunta. 

El sonido de su voz retumba como una tempestad, y no me es necesario levantar más la mirada porque sé que podría desmoronarme de manera estrepitosa si lo hago. 

—Por favor. —susurra en el silencio del ambiente. 

Se acomoda en la cama recostando su espalda sobre una pila de almohadas y sus manos se ubican en su regazo.

Mi corazón retumba tan fuerte que lo escucho como si estuviera detrás de mis oídos, y mis manos sudan por los nervios mientras me encamino hacia él. 

Me quito los Chuck Taylor de un solo movimiento, y con mis calcetines de estampillas de conejos, me subo a la cama. Entonces, la mirada de Cody se funde conmigo.

—Le dices sobre esto a alguien y acabo contigo, Coleman. —suelto en voz baja. 

Intento sonar divertida, y sé que lo logro porque escucho su risa resonando contra mis oídos y una sonrisa distraída se forma en mis labios.

—Es una promesa, Ada. —concede, y entonces, me recuesto a su lado. 

Mi espalda agradece el contacto suave del colchón, dado que, es como estar flotando entre las nubes. 

Jodida mierda, me encanta esta cama.

Quisiera cerrar mis ojos, pero, no lo hago, como tampoco, me acomodo de lado porque sé que me encontrare con los orbes oscuros de Cody. 

Escucho un carraspeo, y luego un movimiento suspensivo. Decido recostarme dándole la espalda.

Suelto una exhalación tambaleante en mis pulmones acojonados, y la agitación de mi corazón es tan tormentosa que quiero sisear para apocar el sonido.

«Susúrrame lo que quieras» (GC #2.5)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora