«Susúrrame lo que quieras» (GC #2.5)✔©

Capítulo 30: Voy a salvarte, Bennie.

Ada

El baúl de mamá era algo que nunca me atreví a tocar por temor a que si lo hacía todo de ella se desvanecería. Quería perseverar su esencia allí. Pero, lo que sucede con eso es que nunca puedes hacerle a entender a un niño que eso no pasará, que no perderá los fragmentos de su madre solo por tocar sus cosas.

Yo nunca logre entender eso, ni siquiera cuando la abuela intento explicarlo, y entonces, permanecí alejada del baúl porque no quería desvanecer lo poco que me quedaba de mamá. No obstante, después de perder a la abuela lo entendí.

Fue por eso, que empecé abriendo el baúl y sacando cosas de allí, y cada vez que lograba ponerme algo de mamá la sentía tan cerca, pero, no por sus reliquias sino por sus recuerdos conmigo.

Theo suele decir que mamá siempre fue una amante del rock, pero, ella era una mezcla de todo, y también prefería las boys band. Lo sé porque ella compartía eso conmigo, y por eso tengo una adoración por las bandas de los 90's.

Y, por esa razón me encuentro en mi habitación escuchando «Still On Your Side» de BBMak mientras, tecleo con frenesí en mi portátil escribiendo el tercer capítulo de mi nuevo libro. Y, creo que lo publicaré en Wattpad cuando tenga al menos diez capítulos escritos. O, quizás, cuando gane un poco más de confianza para publicarlo y no sentirme nerviosa por las duras críticas que tal vez pueda recibir.

Agito mi cabeza de un lado al otro al ritmo de la melodía, y sonrío de manera inconsciente cuando mi mente me lleva a pensar en Cody, y sus palabras.

Oh, jodido satán no puedo creer que enserio estuve tan cegada de él por tanto tiempo, y quiero viajar en el tiempo y golpear a la vieja Ada y decirle que abra los malditos ojos y salte sobre Cody.

—Don't you know that I will stand up for you. No matter what you are going through. I'm still on your side. —canto a todo pulmón.

De pronto, escucho un zumbido algo extraño venir desde mi ventana, y entonces, giro mi cabeza encontrando a mi peor pesadilla allí en el filo del ventanal aleteando.

Es azul, y por lo general me gusta casi tanto como el rojo, pero, en este instante lo único que siento es pavor, y al mirar sus alas del mismo color presiento que puedo morir aquí mismo, por consiguiente, me fijo en la cabeza redonda y ojos saltones. Satán, puedo escuchar como mi corazón retumba por mi incesante miedo.

Un grito fuerte se escapa de mi boca, y enseguida comienzo a hiperventilar mientras me levanto de prisa haciendo caer el portátil contra el cubrecama, y salto hacia el otro lado de mi habitación golpeando mi espalda contra los libros ubicados en las repisas de mi librero.

El bicho desgraciado me da una mirada astuta, y no me pregunten como sé que lo hace si los insectos no tienen expresión, pero, yo lo sé.

¡Las libélulas son una cosa que satán creo para atormentarme! ¡Ya no le agrado como antes y me mando a ese insecto asqueroso!

¡Oh, jodida mierda! ¡Estoy sola! ¡Estoy malditamente sola y con una libélula dentro de mi habitación!

¿Por qué demonios mi hermano tenía que salir hoy? ¿Por qué justo hoy de todos los días tenía que salir con Jo?

Me aferro con todo lo que me queda de vida al librero, en tanto, inspecciono el campo de batalla, y tanteo con mis pies el terreno, entonces, me acerco a mi cama con cuidado y atrapo mi teléfono entre mis manos, y justo entonces, la maldita libélula decide emprender vuelo.

Soy un desastre lleno de histeria y llanto, así que, me encuentro gritando por toda la habitación, al mismo tiempo, que retrocedo y salto de un lado al otro buscando un lugar seguro dónde, esconderme en la zona sur, y el estúpido animal viene detrás de mí zumbando y aleteando, haciéndome llorar por la desesperación. Inclusive, me tropiezo cuando trepo por mi cama devuelta hacia la zona norte de mi habitación, aun así, consigo arrastrarme para esconderme en mi closet.