Capítulo 31: Dejar de correr en círculos + Cabina de memorias.

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Cody

La culpa me carcome cada día más, y sé que debería enfrentar los errores que estoy cometiendo, pero, no puedo hacerlo, no cuando eso implica perder a dos personas importantes para mí.

Theo Floyd fue mi primer amigo de verdad, y me demostró la fidelidad de una hermandad que nunca antes había conocido. No obstante, su hermana me hizo vivir, me dio un soplo de aire fresco de la superficie y me saco de un hoyo.

Y no importa el tiempo en que me demoré en aceptar, que esas emociones que ella sacaba dentro de mí no cambiarían porque sé que eso me llevó a ella.

De cierta manera, lo hice, sin embargo, cuando la observo tengo miedo de lo que nos deparara el futuro porque eso implica tener que escoger a uno de los dos, y no estoy preparado para eso. Aun así, los pequeños momentos que encontramos para vernos me hacen anclar esos pensamientos en el fondo del mar.

—Inicia el primer ensayo oficial de Birdwhistle con la escena del baile del Duque de Birmingham, y Lady Loughty. —pronuncia una voz masculina desde la primera fila del teatro.

Me acomodo en mi asiento, y una mano suave y cálida se aferra a mí antebrazo, entonces, me giro por sobre mi hombro. Sonrío.

—Escuché que Zedd solía estar en muchas obras de teatro en la secundaria. ¿Eso lo convierte en un Troy Bolton de High School Musical? —murmura con diversión, Ada.

—Me reservo mis opiniones, bomba sexy. —sonrío de lado, y le guiño un ojo.

La melodía lírica de una canción de Pink resuena en el ambiente, y el telón del teatro se abre mostrando a Riley Simon de pie en una esquina del escenario, simulando una conversación con un extra del reparto de la obra. De repente aparece Zedd Starving, nuestro alero derecho demostrando una máscara de hielo en su rostro.

Observo como mi amigo de ojos azules se acerca con cautela a la pelinegra, quién se encuentra en su papel de dama de alta sociedad. Por consiguiente, Zedd extiende su mano hacia ella junto a una reverencia sin dejar de mirarla con apreciación.

La compañía de Riley suelta un murmullo a su lado, y la pelinegra suelta una sonrisa fina de labios cerrados, en tanto, acepta el ofrecimiento tácito que él hace casi a regañadientes, y es entonces, que consigo verlos avanzar hacia el centro de la pista de baile improvisada.

¿Es una costumbre suya sacar a bailar a una dama sin un consentimiento previo con su chaperón? —exclama la chica de ojos grises deslizando su mano por el antebrazo de Zedd, mientras, el tono de sarcasmo reverbera en sus labios. —¿Me dirá siquiera su nombre, señor? —pregunta con severidad.

¿Realmente no tiene idea de quién soy? —cuestiona con escepticismo, Zedd, en tanto, su mano izquierda se aferra a la de la mujer de ojos grises, y concede los primeros movimientos del baile. —¿O se está haciendo la interesante? —sus labios se curvan en una sonrisa ladeada que tienta a ser algo arrogante.

Fue usted quién me invito a un baile apresurado e incordio mi velada. —contesta de manera altiva Riley, desplazándose hacia un lado, y sosteniendo su palma contra la de Zedd.

Mientras dan vueltas, y conectan miradas.

El alero derecho del equipo lanza una sonrisa de lado, y pronto aparece una tensión dentro del escenario cuando se acerca al rostro de la pelinegra transmitiendo seguridad, y sus labios se rozan contra la mejilla de ella haciendo que, Riley retroceda un centímetro para encontrar los ojos azules de mi amigo.

Sus rostros están demasiado cerca uno del otro, aun así, ella no baja la mirada.

Soy el Duque de Birmingham, señorita. —pronuncia, Zedd, y la expresión de Riley se muestra sorprendida, pero, lo esconde muy bien. —Es un placer conocerla. —murmura sosteniendo la mano de ella y dejando un beso casi imperceptible contra su mano en un gesto suave y elegante como saludo.

«Susúrrame lo que quieras» (GC #2.5)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora