Capítulo 18: Me gusta ser cruel porque así nadie quebranta mis barreras.

364 18 0
                                    

Ada

Un remolino de emociones hace tormenta dentro de mi corazón, cada vez que recuerdo los labios de Cody Coleman sobre los míos.

Oh, santísimo infierno. 

Besarlo no entraba en mis planes, y que se sintiera bien, tampoco, por ende, decidí tomar una ruta de escape de cobardes, y me he escondido, aunque, yo nunca me escondo, además, creo que aún estoy recuperando mis pensamientos razonables y correctos, aun así, no dejo de recordarme que está en mi ser testaruda, y que las decisiones correctas no son lo mío, ni en lo que me caracteriza ser Ada Floyd, por consiguiente, debería sostener una hoja en blanco y colocar de título "Defectos de una capulla en rehabilitación". 

Y sí, rehabilitación, desde ahora porque de ese modo, seré lo suficiente más humana para seguir huyendo de Coleman. 

Así que anota esto, amigo. 

Ada es obtusa. 

Porque quiere hacer lo que se le dé la gana, sin importarle la opinión de los demás.

Ada es cruel. 

Porque le encanta serlo. ¡Ja! ¡Suerte con eso!

Ada es peligrosa. 

Porque es complicada, y nunca coloca lógica en sus decisiones. 

Y sé que no he mentido a la hoja, por tanto, eso me recuerda a las palabras de Theo y lo ocurrido hace dos años y medio. 

¡Joder!, de haberle hecho caso a mi hermano, no me hubiera involucrado con Pierre Gibson. Ex corredor titular de Los Lions durante mi primer año.

En ese entonces —y aún ahora—, pienso que hice todo demasiado mal. 

¡Satán, debería haberme dado una bofetada a mí misma! 

Oh, eso no fue nada comparado a intentar sacudirme de mi estupidez, intentando dejar lo que me estaba ubicando en problemas con mi hermano; o más bien lo que me decía para no sentirme tan culpable de todas mis decisiones horribles y fracasadas. 

En aquel entonces, Gibson era la peor calaña, y creo que me rompió un poco volviéndome una perra más fría de lo que alguna vez fui. Debí hacer escuchado a Theo cuándo me advirtió. 

Al inicio eran pequeños rollos con él, luego, era más frecuente su visita por casa, y unas semanas después estábamos saliendo, aunque, nunca sentí que algo hubiera cambiado desde nuestros encuentros casuales. No lograba estar del todo conectada a él en cuánto al sexo, y la charla amistosa. 

Luego, sus palabras llenas de gilipolleces me hirieron, y desde entonces, me prometí no volver a caer en la estupidez de encontrar a la persona indicada, y esa mierda. 

Agito mi cabeza hacia un lado reorganizando mis ideas, y regresando a la realidad, sobre todo, cuándo una mano aparece frente a mí, agitándose de un lado al otro como si fuera un pez.

No me demoro mucho en tomarlo, y apretar sus dedos en un gesto de molestia que lo hace soltar un chillido.

—¡Mierda, Ada! ¡Eso duele! —se queja Phineas haciendo que sonría divertida.

Phi suelta un resoplido enojado, y lleva su mano adolorida directo a su playera gris para luego cerrar su camiseta de franela manga corta y ocultármela por completo. 

En cambio, Nick suelta una carcajada ruidosa, pero, cuándo descubre la mirada de traición que le envía Phi a través del remolino de su vaso de cerveza artesanal, es que traga saliva con fuerza y dirige su mirada hacia el otro lado ignorándolo olímpicamente.

«Susúrrame lo que quieras» (GC #2.5)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora