Cody
Mi respiración se vuelve tambaleante, a medida que, desplazo una sonrisa en mi rostro cuando sostengo el papel en mis manos, y no puedo estar más contento por visualizar mi primera calificación en una asignatura de mi agrado, y en una carrera que llevaba deseando desde que supe que dibujar era mi fuerte.
Estar aquí recibiendo esto me hace sentir emocionado sabiendo que esto es solo un paso de muchos más que me esperan para seguir siendo jodidamente feliz.
Guardó el papel en mi mochila, y la cuelgo sobre mi hombro mientras bajo los escalones de la facultad de arte en camino de encontrarme con mi chica, por lo que, sonrío de manera inconsciente mientras pienso en ella.
Pronto, estoy cruzando el estacionamiento dónde le dije que la esperaría luego de que saliera de clases, por lo que, cuando llego allí me doy cuenta de que ella ya está ahí, así que, acelero mis pasos, conforme mi corazón late de prisa por la anticipación.
Una vez que nuestras miradas se cruzan, sé que, mi día será aún mejor, así que, envuelvo mis brazos alrededor de su cintura cuando me encuentro frente a ella, e inclino mi cabeza hacia bajo, en tanto mis labios se presionan sobre los suyos, y esa boca emite un sonido delicioso que me hace aprisionarla aún más a mí, mientras ella entierra sus dedos en mi cabello y me saca un gruñido.
—Es jodidamente bueno verte. —susurro sobre su rostro, y su mirada avellana se arraiga a mí con fuerza.
—¿Por qué?, ¿acaso ya me estabas extrañando? —bromea de manera juguetona, y relame sus labios.
—Siempre, y lo sabes. —guiño mi ojo hacia ella, y pronto, estoy dejando ir mis manos fuera de su cuerpo, luego, estoy abriendo la puerta del copiloto de mi auto para que ingrese.
Ella desfila delante de mí con esa falda corta burlándose, y al momento en que procede a sentarse, cruza sus piernas, y sé que estoy malditamente en problemas.
Joder, es tan sexy. La manera en la que sus labios rojos curvan una sonrisa es peligroso.
—¿Vas a quedarte allí o vas a entrar? —me pregunta enarcando una ceja, por lo que, ruedo mis ojos divertido, y subo al auto.
Mis manos se colocan en el volante, y enseguida doy retro logrando salir del estacionamiento, y empezando a conducir hacia nuestro siguiente lugar de destino.
Uno del que Ada no está enterada porque quería hacer una cita sorpresa para ella, así que, cuando se da cuenta que no estamos girando hacia Murray Hill, o al Plaza Hotel, me muestra una pregunta silenciosa en sus ojos que no vocaliza conmigo, sino que, simplemente se reclina en el asiento, y espera pacientemente.
—¿Me estás secuestrando, MacQuoid? —pregunta finalmente, y eso provoca una risa baja en mí.
—No sería secuestro si eres partidaria de esto. —mi voz sale un poco ronca, y ella lo nota. —Deja de mirarme así o no llegarás muy lejos con ese labial. —pronuncio, y su respiración cae en picada por un momento.
—¿A dónde planeas llevarme? —tienta colocando su mano derecha sobre mi muslo, y sus uñas rojas me llaman la atención. —Espera, ¿es acaso una cita? —su mirada brilla, y trago saliva con fuerza.
Cualquier pensamiento lujurioso sobre ella pasa a segundo plano cuando escucho el sonido de su voz emocionada por esto.
—Y así se arruinó mi sorpresa. —susurro divertido. Enseguida, tomo su mano entre la mía entrelazándolas, y la observo por un momento. Cristo, es hermosísima. —Hazte la sorprendida cuando lleguemos. —murmuro.
—Por ti, claro que sí. —ríe, y me muestra esa sonrisa preciosa.
Continúo conduciendo por unos minutos más hasta que llegamos al auto cinema, y la mirada de ella brilla aún más, lo suficiente para hacer que mi corazón se acelere con cada segundo que pasa, finalmente busco un sitio agradable, dónde estacionar, y cuándo lo hago, apago el motor.
ESTÁS LEYENDO
«Susúrrame lo que quieras» (GC #2.5)✔©
RomanceTodos contamos con alguna debilidad. Para Cody Coleman es una chica, pero, no cualquiera, sino la hermana de su mejor amigo. Ada Floyd detesta a los playboys, detesta a los idiotas, y en su pirámide de odio, Cody Coleman tiene el primer puesto. ¿Qué...