Capítulo 58: Imperio MacQuoid.

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Cody

Lanzo una mirada hacia el asiento del copiloto, y mi corazón late con fuerza al momento en que esos ojos avellanas se encuentran con los míos.

Hay una sonrisa cayendo en sus comisuras, y cuando su mano se coloca sobre la mía, entrelazo nuestros dedos, y dejo estar mi brazo derecho en su regazo.

El ruido de mis pensamientos es algo insostenible porque a medida que voy acercándome a la carretera que me lleva al Hotel Plaza solo puedo pensar en que necesito jodidamente besarla de nuevo.

—Deberías aflojar un poco más el volante parece que quieres estropearlo. —ríe suavemente, Ada, y eso hace que suelte una carcajada floja, en tanto, aprieto mi mandíbula para controlar mi mano.

El semáforo en rojo me hace detenerme, y es una tontería porque son las jodidas dos de la madrugada, y no hay un mísero auto por aquí, aun así, me detengo, y mi estómago se aprieta formando una sensación agonizante.

—¿Es necesario detenernos, Cody? —pregunta, y la forma en la que sus labios modulan mi nombre me tiene ensimismado, sobre todo, porque deseo inclinarme sobre ella.

—Quiero conservar mi licencia de conducir, Ada Bombshell. —ella muerde su labio inferior mientras rueda sus ojos, y justo allí pierdo toda mi mierda.

Me quito el maldito cinturón de seguridad, y me estoy inclinando sobre la palanca de cambios, y cerniéndome sobre ella.

Su respiración se desintegra ahí mismo, haciéndola jadear de manera baja, y mi mano derecha se libera de su agarre, para dejar mi palma sobre la tela de cuero del asiento, y me aferro a la textura como si fuera una descarga para las sensaciones contundentes que están escalando dentro de mí.

Subo mi mano izquierda hacia su rostro, y acaricio su mejilla con toda la devoción que siento por Ada Floyd, y sin más presiono mis labios contra los suyos de manera ruda.

Me trago su grito de sorpresa, y pruebo el sabor de su maldito labial rojo, que me encanta. Mi mano se presiona contra su mejilla, y ella tiembla, por consiguiente, mi boca es codiciosa y la beso con todo lo que tengo.

Además, termino delineando mi lengua sobre su labio inferior, y cuando abre sus labios, meto mi lengua barriendo su interior, y ella suelta un chillido.

La presión de la zona sur en mis pantalones es evidente, y ese ruidito que hace cuando se aparta de mí con sus ojos abriéndose para mirarme es todo lo que necesito para llevar mi boca hacia su hombro.

—Joder, Cody. —susurra en una neblina de conocimiento difusa, a medida que, mis dientes se encajan allí, y alivio el dolor con mi lengua. —Maldito seas, no me hagas esto aquí. —sisea de manera dolorosa.

Al mismo tiempo, en que sus manos abren la tela de mi camiseta y coloca sus palmas sobre mi piel.

—Lo dice la chica que me está toqueteando. —río y ella gruñe contra mí, pero, no dejo que lo haga más porque vuelvo a su boca, y ella se mece contra mí en busca de contacto.

—Cody, llévame contigo. —jadea contra mi boca, y dejo de besarla para echar mi cabeza hacia atrás y mirarla. —No quiero ir a casa. —añade, y asiento torpemente.

Trago saliva con fuerza, y abotono mi camisa en silencio.

—Si lo hago habrán consecuencias, Ada. —pronuncio mientras termino de abrochar la prenda blanca en mi cuerpo. —¿Estas dispuesta a eso? —pregunto casi con burla, y ella estira su mano sobre mí y la deja justo sobre mi pulso por encima de la tela de la camiseta.

—Lo hago, acepto todo. —delinea con la voz baja, y jodidamente eso es sexy.

Cabeceo de manera juguetona, y entonces, me retiro lejos de ella, y me acomodo en mi asiento, mientras respiro con fuerza, y coloco mis manos en el volante.

«Susúrrame lo que quieras» (GC #2.5)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora