Ada
Nunca me pasan estas cosas, y es que no puedo parar de reír porque no me creo ni un poco como es que llegué a la situación en la que me encuentro ahora.
Satán debe estar castigándome por no ser una niña mala como siempre. Es que, solo hace falta echar un vistazo y darse cuenta que Ada Floyd jamás tiene problemas con la ley, a excepción del puñetazo que le di a Darmont, pero, eso es punto y aparte.
Por lo general, el encierro en una celda provisional es cortesía de mi hermano mayor y sus amigos, no mío, así que es cómico que yo terminará en una, en ¿New Jersey?, no sé ni qué demonios hago aquí.
Oh, si ya lo sé. Bucky Queens nos convenció de venir a mitad de madrugada a un bar de mala muerte.
Sin duda, Bucky, Nick y Josephine son el símil completo del equipo de hockey porque ahora yo soy la Floyd que está en un lío tremendo gracias al alcohol. Lo cual, como ya he dicho antes es irónico porque esto solo le pasa a Theo.
—¡Esta es la segunda vez! ¡La segunda vez que estoy en una celda provisional! —exclama Josephine dando vueltas en círculos por el lugar como si eso fuera una medida implementada para buscar la calma para sí misma. —Uno diría que soy un criminal recurrente con ese historial.
—A lo mejor y no lo eres todavía. —opina Nick rodando los ojos mientras una risa se le escapa. —Ya sabes lo que dicen... ¿no?, la tercera es la vencida. —sus ojos verdes se fijan en la rubia por un segundo antes de girar la cabeza y mantenerse concentrado en la pared de color gris de la celda.
Josephine le lanza una mirada incrédula para finalmente darle la espalda y dejarse caer en el asiento mi lado, mientras se frota los brazos por el frío de mil demonios que está haciendo aquí.
Nick decide optar por alejar el silencio y empieza a silbar con vacilación. Probablemente, es la abstinencia por no probar un cigarrillo en dos semanas.
—Alguien diría que con tu récord oficial ya estarías acostumbrada a las celdas, Josy. —la voz de Queens se filtra en el ambiente, y lo siguiente que hace es dar palmadas en su muslo intentando crear un ritmo.
—Oh, Bucks, ni te atrevas a bromear sobre esto. —acusa la rubia soltando un resoplido. Cruza sus brazos sobre su pecho. —Al menos esta vez no hay un reo intimidante entrando al lugar. —suspira casi aliviada como si permanecer aquí junto a nosotros le recordará algo que ya vivió.
Y, apuesto a que fue con mi hermano.
—Yo no pienso quedarme aquí hasta que amanezca. —hablo soltando un resoplido. —¿No tenemos derecho a una llamada? —pregunto cruzando mis piernas, mientras estiro la liga de mi brazos haciendo que las cuerdas se tensen y emitan un sonido que reverbera en el ambiente.
—¡Sí, lo tenemos! —chilla, Josephine como si acabara de ver una luz brillante que la llevará a un camino rodeado de libros en oferta. Sin duda, un sueño muy bueno. —¿Debería llamar a Theo? ¿O a un adulto?, joder, nosotros somos los adultos, tal vez, y solo debamos dejar que amanezca, mis padres me matarían si supieran donde estoy. —ríe de manera histérica mientras su pie se mueve al ritmo del silbido de Nick.
Estamos acabados totalmente. Y, ahora sé con certeza que, aunque tuvimos una noche divertida con consecuencias, no me he sentido así de increíble en tanto tiempo, como si resplandeciera por mí misma.
—Todo esto es culpa tuya, Devon. ¿Enserio tenías que saltar desde el escenario? —gruñe Bucky.
⌛DIEZ HORAS ANTES⌛
Cuando empecé a escribir no me tenía fe a mí misma, y, satán sabe cuántos borradores desaparecí hasta que quedé encantada con mi primer libro. Desde allí no pude parar, y escribir se volvió como respirar.
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«Susúrrame lo que quieras» (GC #2.5)✔©
RomanceTodos contamos con alguna debilidad. Para Cody Coleman es una chica, pero, no cualquiera, sino la hermana de su mejor amigo. Ada Floyd detesta a los playboys, detesta a los idiotas, y en su pirámide de odio, Cody Coleman tiene el primer puesto. ¿Qué...