Capítulo 44

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Emprendieron su viaje en una carroza por los aires, siendo guiada por Ah-Un. No era la opción preferida de viajar del par de compañeros ni del guerrero estando acostumbrados a siempre viajar caminando pero era la opción más cómoda y segura de viajar para el Hanyō encinta.

Inuyasha de hecho iba un poco fastidiado por viajar así pero no le quedaba de otra. Sayuri intentaba distraerlo y hacerle plática durante el camino para qué no se aburriese de estar sólo adentro de la carroza con ella mientras los dos DaiYōkai estaban afuera vigilando y protegiendo.

Inuyasha estaba acostado de lado recargando el codo y apoyando un lado de su cabeza en su mano, soltó un gran bostezo del aburrimiento qué sentía y no tardó mucho para quejarse y hacer un gesto molesto.

── ¡¿Por qué tenemos que ir hasta allá?!, ¡¿No podrían enviar a alguien más así como Sesshomaru mandó a Jaken?! ── Expresó malhumorado y fastidiado el Hanyō.

── Es porque se tratan de las Tierras Del Norte, amo Inuyasha. ── Intentó explicar Sayuri pero el Hanyō pronto la interrumpió.

── ¡¿Y qué con eso?!, ¡Grrh!, ¡Qué fastidio! ── Se quejó y bufó.

── Guardé la calma, amo Inuyasha. No será un viaje muy largo, es más más rápido y efectivo viajar así. ── Dijo la mujer intentando calmar a su amo. ── ¿No tiene sueño?, puede intentar dormir un poco. ──

El Hanyō no dio contestación alguna, sólo gruñó de mala gana y cerró sus ojos con un gesto molesto en el rostro. Sayuri no le dijo nada más, intentó pensar en cómo contentar a su amo.

Ella se preocupaba realmente por su amo y el cachorro en su interior, llegando incluso a sentir frustración también. Podía imaginar lo molesto qué era para su amo Inuyasha viajar encerrado estando acostumbrado a hacerlo al aire libre, más teniendo en cuenta que estaba encinta y vulnerable por las complicaciones qué habían ocurrido antes.

En realidad, teniendo en cuenta distintas cosas la Mujina Yōkai sentía mucha admiración por la fuerza de su amo.

Permaneció pensando, sin intención de darse por vencida hasta qué al pasar de los minutos se dio cuenta que había dejado de prestar atención a su amo el tiempo suficiente para qué éste cayera dormido y pareciera estar en paz aún habiendose quedado en aquella posición de costado.

Hizo un gesto sorprendido pero pronto una linda sonrisa adornó su rostro. Debía ser obra de el Señor del Oeste, ella no sabía realmente muchos detalles sobre sus amos pero creía fielmente que ellos tenían una conexión tan especial qué iba más allá de lo que podía imaginar.

Sintiendo un gran alivio y un enorme agradecimiento al Señor del Oeste se dispuso a sólo agradecer internamente a su señor y a permanecer al lado de su amo Inuyasha, cuidando de él prestándole una atención especial.

Mientras tanto Sesshomaru estando sentado en medio del techo de la carroza dejó de prestar un poco de atención a Inuyasha, dejando a Sayuri de su cuidado aunque no del todo ya que ahora más que nunca no podía quitarle su atención aunque quisiera. Aún así intentó prestarle más atención al su alrededor, estaban expuestos aún estuviesen todavía en sus territorios, no dudaba qué intentarían atacarlos de ser detectados así que su mayor prioridad era cuidar de su compañero y cachorro.

Intuía una emboscada así que antes de que siquiera estuvieran lo suficientemente cerca para hacerlo envió a Hajime a cuidar más de lejos la carroza para qué pudiera prevenir cualquier ataque, y cómo sí no fuera suficiente unos cuantos soldados de confianza estaban escoltandolos hasta la frontera de las Tierras del Oeste con las del Norte. Todo siendo los más cautelosos posibles.

Compañerismo. (Sesshōmaru x InuYasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora