Capítulo 38

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Los dos presentes en la habitación giraron a ver la puerta de la entrada. Inuyasha guardó silencio mientras Ayaka se dirigió a la puerta, la abrió y reverenció ante el Yōkai de afuera.

── Gracias por el comunicado, señor Komorebi. Ya mismo escoltare a mi amo Inuyasha. ── Dijo en respuesta la peliazul a las palabras antes dichas por el alto guardián.

El Yōkai de cabellos grises sólo observó a la criada sin dar respuesta, mantuvo su típica expresión dura y pasados unos segundos habló.

── Inu No Kami me ha ordenado escoltarlos hasta la ceremonia. ── Fue lo único que dijo con un tono firme.

Ayaka hizo un expresión sorprendida por un momento y luego asintió pareciendo comprender. Inuyasha desde su distancia frunció el ceño, no quería que ése sujeto lo llevará a quien sabe donde con Ayaka. Apenas estaba confiando en la Yōkai y las otras criadas, pero aunque Komorebi no le haya dado motivos para desconfiar; Inuyasha simplemente no podía fiarse de él porque lo sentía distinto a cualquiera de los otros soldados que había visto.

Apesar de que parecía que hasta Sesshomaru confiaba un poco en Komorebi.

Su sola presencia le hacía saber la distensión que tenía, sin tener en cuenta la facilidad que tuvo al acercarse a él sin que lo notará la otra vez. Le tenía cierto rencor por eso a decir verdad, se decía que seguro lo tomó desprevenido esa vez, pero ya podría cobrarselas y tomarlo desprevenido él.

── Me niego. ── Replicó Inuyasha de la nada, cuándo Ayaka estaba caminando hacia él. El Hanyō se cruzó de brazos y puso mala cara. ── No necesito un escolta, Ayaka puede llevarme sola. Así que largo. ── Dijo fuerte.

La Yōkai se sorprendió tan rápido cómo se asustó, mientras Komorebi hizo un leve gesto de sorpresa.

Ayaka terminó de llegar con su amo y reverenciandolo dijo. ── Amo Inuyasha, lo mejor sería obedecer la orden de Inu No Kami, podría tomarlo como una ofensa. ── Expresó dejando notar un poco de su temor sin querer pero tratando de sonar muy respetuosa para encubrirlo.

Inuyasha gruñó, Komorebi borró su gesto y Ayaka siguió igual de temerosa.

Obedecer no era algo que Inuyasha hiciera, al menos no con otros qué no fuesen Sesshomaru cuándo no le quedaba más remedio que obedecerlo, sin embargo el lazo le hizo sentir que lo mejor era obedecer en esta ocasión. No confiaba en la vieja DaiYōkai y era preferible no provocarla, al menos no por el momento. No quería arruinar ni provocar nada, ya tenía experiencia de que hasta lo más mínimo puede provocar una reacción desastrosa.

Acabó bufando y respingando la nariz hacia un lado. ── Pff, cómo sea. Ya vámonos antes de que cambie de opinión. ── Dijo irritado el mitad bestia.

Ayaka reverenció otra vez. ── Cómo usted ordene, mi señor. ── Dijo obediente, se enderezó y miró a Komorebi para asentirle, luego con sus manos indicó caminar a su amo. ── Por favor, sigame, amo Inuyasha. No será un recorrido muy largo. ── Dijo intentando bajar la molestia de su señor, pero no sirvió de mucho.

Inuyasha volteó a ver a la mujer y luego miró de mala manera a Komorebi, pero no dijo ni hizo nada. Dejó a Ayaka guiar el camino y la siguió de cerca. Al pasar por la puerta no miró al Yōkai guardián pero sintió cómo éste los siguió por detrás. De todas maneras Inuyasha no bajó ni un poco la guardia.

No sabía sí la madre de Sesshomaru realmente lo odiaba y había enviado a Komorebi a matarlo en cuanto bajara la guardia pero fuese así o no por ningún motivo Inuyasha bajaría la guardia.

Compañerismo. (Sesshōmaru x InuYasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora