Capítulo 30

902 87 61
                                    

Inuyasha jamás había sido gran fanático de los niños y como lo era con todos también era malo y grosero con los más pequeños sin importar su edad, raza ni nada, aunque pudo volverse un poco más considerado con ellos gracias a la humana que aún llevaba en su corazón, pero aún así se sentía bastante a gusto con la pequeña Hanyō de lisos cabellos negros qué fue con él al caer hechizada con su endulzante olor. Aiko era como toda niña a su edad; curiosa con el mundo y dulce por naturaleza, pero para Inuyasha era igual a él y por eso quería ayudarla.

Ambos mitad bestia pudieron llevarse bien y aunque Inuyasha fuese altanero y grosero Aiko ya le tenía confianza y se lo demostraba bastante bien.

Se hallaban caminando todavía, no habían pasado más que un par de horas y Aiko demostraba tener buena resistencia pese ser de un palacio, resultaba ser una niña con tanta energía que corrió alrededor de los compañeros hasta que Inuyasha la paró porque se mareó y porque sabía que Sesshomaru no iba a tenerle tanta paciencia a la pequeña Hanyō.

Aiko también era bastante conversadora y aunque a Inuyasha le gustaba tener a alguien para hablar porque Sesshomaru era de pocas palabras, hasta él llegó a cansarse de oírla preguntar por todo lo qué veía y se le venía a la cabeza, y aunque quiso callarla no lo hizo y le tuvo paciencia para responderle todo lo que quería saber. Inuyasha pudo comprenderla, se notaba claramente que no la sacaban mucho de su palacio y podía imaginar que era por ser mitad bestia. Hasta él llegó a salir poco del palacio de su madre cuando vivió ahí con ella.


Inuyasha se quedó con Aiko en la espalda, prefirió llevarla así a dejarla suelta y que volviera a marearlo con sus vueltas alrededor de él y Sesshomaru. La pequeña iba sujetaba de sus hombros y él la sostenía por sus piernas, iba caminando lento y sin prisa, atentó a la pequeña pero también alrededor, sabía que de aparecer el padre de la niña el primero en detectarlo sería Sesshomaru y quería estar listo para cuando sucediese, ya había pensado en algo y sólo se le ocurrió decirle a su medio hermano que esperasen al padre y dejaran a Aiko sola cuando estuviese lo suficientemente cerca de ellos pero no tanto para arriesgarse él con su olor.

No estaba muy seguro que Sesshomaru accediera pero ya debía saber gracias al lazo lo que él planeaba, y esperaba qué accediera pero aún no se lo hacía saber mediante el lazo, lo sentía normal y no sabía como tomarse ese estado de ánimo.

Inuyasha se vió con la atención en Aiko cuando ésta dijo repentinamente: ── ¿Por qué ustedes dos huelen un poco como mis papás? ── El Hanyō alzó una ceja confundido y Aiko frunció el ceño pensativa mientras miró el suelo. Inuyasha cuestionó: ── ¿A qué te refieres con eso? ── con incomprensión y un gesto perdido. La pequeña se tomó su tiempo para volver hablar pero dijo: ── ¡Sí!, ¡Huelen como ellos!, no así como ellos pero sí un poco, tienen un olor muy parecido. ── sin saber expresarse muy bien pero segura con sus palabras, ni ella misma podía interpretar lo que quería decirle al otro mitad bestia.

Inuyasha estaba muy confundido con las palabras de la niña, pensó que quizás se refería a qué olían a Yōkai pero se refería solamente a Sesshomaru y a él. Todos los DaiYōkai y Yōkai tenían una parte de su olor similar sin importar su especie pero no creía que Aiko se refiriera a eso porque ella también tenía esa esencia.

La pequeña alzó la vista a la par qué abrió los ojos y la boca, exclamó con energía: ── Ya lo recordé! Papá dijo qué era el olor a pareja, ¡Ustedes huelen así! ── al final de las palabras la niña jadeó sorprendida y miró con asombro a los dos compañeros, enseguida dijo eufórica: ── ¡¿Son pareja?!, ¡¿Así como mis papás?!, ¡¿Están casados?!, ¡¿Tienen hijos?! ── atacó con preguntas e Inuyasha se aturdió en su oído y se exaltó. Se mordió su lengua y tragó saliva, no supo qué decirle a la niña y para empeorar las cosas ésta volvió hablar.

Compañerismo. (Sesshōmaru x InuYasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora