Todavía no tenía forma cómo tal pero ahí estaba su apenas nula presencia. No había forma de descubrir los sentimientos que nacieron en ambos compañeros pero Inuyasha tampoco pudo evitar sonreír así como lo hizo Sesshomaru. Estaban completamente envuelto en las buenas sensaciones.
── Qué pequeño debe ser. ── Susurró con cierta gracia cálida el Hanyō.
Sesshomaru lo escuchó perfectamente, manteniendose en su sitio y acariciando todavía aquel punto sobre el abdomen de su compañero.
── Algún día será tan grande cómo nosotros. ── Respondió con suavidad.
Inuyasha sólo asintió contra su pecho y relajó más su cuerpo. Dejándose hundir en el mar de grandiosas sensaciones en compañía de Sesshomaru. Ambos mantuvieron el silencio, y sin volver a decir ni una sola palabra dejaron pasar el tiempo que fue yéndose lentamente.
Conforme el lapso de tiempo fue haciendose más y más largo; las ganas de permanecer en aquella posición crecieron mucho más. Los dos compañeros sólo querían estar en paz, eso era lo qué siempre habían buscado en sus vidas pero nunca pudieron tenerlo por completo.
Inuyasha creía que había nacido sólo para estar con Kagome, aún sí siempre supo que un día la perdería para siempre, pero ¿Realmente había nacido sólo para eso? Era una pregunta que él no se haría tan fácilmente, ni siquiera estaba cerca de cuestionarse algo relacionado con la humana a estas alturas, pero algún día se haría esa pregunta y obtendría la respuesta que le traería paz.
Sesshomaru por su lado, tenía tiempo que había comprendido que Rin sólo había sido otro aprendizaje en su vida, por ello había dejado al tiempo terminar de llevarse lo poco que quedaba de su existencia; su tumba. Rin había sido alguien que le mostró y enseñó cosas que jamás le habían podido hecho entender. Había sido la forma más pura y tierna que la vida podía formar; Una inocente niña que pese las duras adversidades en su corta vida mantenía la dulzura y pureza de su ser.
Le costó comprenderlo, aún cuando la llevaba viajando consigo, le tomó más tiempo del esperado pero un día pudo comprenderlo. Y así cómo ese día algún día iba a poder comprender porque terminó en una situación así con Inuyasha, y entonces alcanzaría la paz completamente, pero ese día todavía no iba a ocurrir. Ni siquiera era algo que pasaba por estos momentos en la cabeza del DaiYōkai.
En estos momentos ambos compañeros podían disfrutar un poco de paz solamente, lejos de sus incertidumbres y su incomprensión consigos mismos, pero aunque hallan encontrado su momento de paz el mundo seguía su curso y junto a el todo lo demás.
Para poder alcanzar la paz completamente debían seguir adelante.
El lazo los hizo salir de su íntimo momento y los volvió a la realidad recordándoles que estaban en una situación delicada, especialmente le hizo recordar a Sesshomaru, haciendo que éste frunciera el ceño y pasará su atención a la realidad.
Inuyasha sintió fastidio también, pero el lazo le hacía saber lo delicada de la situación, así que al mismo tiempo que Sesshomaru alejó su mano de su abdomen y alejó su otro brazo de su cuerpo así como él con el suyo, ambos llevaron su rostro y dorada visión al otro para poder hablar.
── Enemigos fuertes vienen por nosotros. ── Explicó directamente el DaiYōkai, dejando al Hanyō tan sorprendido cómo mudo. ── Son los Señores de los puntos Cardinales, el Señor del Este y el Señor del Sur, seguramente con otros aliados que igual que ellos odian a nuestro linaje y desean las tierras del Oeste. ──
Era nuevamente todo eso de los Señores del Oeste, Norte y demás, y sonaba muy delicado por la forma de hablar de Sesshomaru y todas las medidas que había tomado hasta ahora, tomando el puesto de el Señor del Oeste y demás. Inuyasha siempre supo que se trataba de algo muy malo pero parecía ponerse peor conforme escuchaba.
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Compañerismo. (Sesshōmaru x InuYasha)
FanfictionEn Tessaiga y Bakusaiga nace un intenso deseo qué Inuyasha y Sesshomaru provocaron al pelear. Ambas espadas desean desesperadamente que sus dueños estén juntos de todas las formas posibles, acompáñalos en la aventura que se desprende por este aconte...