Capítulo 20

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Al quedar inconsciente había sentido que caía en un abismo oscuro, su mente no se durmió al sucumbir y volverse todo oscuro; se sintió caer.

Creyó que quedaría inconsciente pero aunque sintió que así sería todo se volvió oscuro y no había nada, sólo se podía sentir caer y no podía ver nada, aun así sentía que se quedaría dormido en cualquier momento, sin embargo, fue algo que no sucedió, no podía quedar inconsciente aunque sintiese que lo haría.

El tiempo en ese lugar iba lento, fue demasiado extraño estar en ese sitio, sentía malestar pero con mucha más intensidad, por alguna extraña razón sintió que estaba en el núcleo de donde provenía todo ese mal, aún así parecía no poder simplemente dejarse consumir.

Su mente aunque estaba despierta en ella sólo había tristeza, ni un pensamiento ni nada mas, parecía que era un ser condenado a estar sumergido en el malestar por la eternidad. No hubo manera de que supiera cuanto tiempo estuvo en ese lugar, ó sí había siquiera tiempo ahí.

Era extraño y complicado, pero sobretodo devastador.

No hubo consciencia certera hasta que una luz dió en su rostro provocando que pudiese pensar un poco mientras se detenía en su caer.

Cuando pudo tener algo más en su cabeza además de un sentimiento triste lo que pasó por su mente fue Sesshomaru; su nombre retumbó en su cabeza y sintió brevemente que toda su tristeza y malestar paraban, pero tan breve como fue eso; una fuerte punzada se sintió en su pecho a la vez que le incrustó todo de regreso.

Entre tanto sentir apenas y pudo percibir que una lágrima salió por uno de sus ojos, nunca había levitado en un punto fijo pero aun así no tuvo problemas en hacerse bolita con el cuerpo.

No podía notarlo muy bien pero sabía que se encontraba llorando, toda su piel hormigueaba, su audición se hallaba sorda y todo era un silencio tranquilo pero no transmitía la tranquilidad que albergaba, su olfato no detectaba nada, nunca había pasado algo así con su olfato, aun en su forma humana percibía aromas, pero ahí aun estando en su forma Hanyō no había aroma que detectar.

Todo era malestar en él, en su cabeza y en sus sentidos, ó así fue hasta que fue envuelto por una gran calidez que detuvo todas sus sensaciones negativas de repente, seguido su olfato volvió y por fin tuvo algo que percibir, era un aroma apetitoso y envolvente, era el aroma de Sesshomaru.

Lentamente abandonó su postura y se dejó consolar por el aura que iba haciéndolo sentirse bien, el aroma lo hizo perderse en un gusto que nunca antes había podido sentir, y cuando las sensaciones que lo iban haciendo sentir mejor fueron llenándolo de tanto bien; sintió que comenzó a ser empujado hacia la luz que antes había aparecido, y conforme fueron acercándose el aura y el aroma que ya eran muy perceptibles; lo fueron aún más.

Al estar lo suficientemente cerca cerró sus ojos pero la luz desapareció junto el aroma y aura de Sesshomaru, pudo abrir los ojos cuando sucedió, lo hizo lentamente y cuando logró enfocar su vista finalmente volvió en sí, hallandose de frente a Sesshomaru.

En esta ocasión no fue una punzada de todo lo malo que sentía de regreso sí no que fue una potente punzada de regreso del aroma y aura de su compañero, además de tener a éste mismo frente suya, y aunque con rasgos serios por naturaleza en su cara se pudo apreciar preocupación por un segundo ya que se borró por completo cuando entraron en contacto visual.

Se miró fijamente con éste y encontró intensidad en sus ojos, sus mejillas se calentaron y no pudo ni soltar un poco de aire cuando en su cabeza solamente apareció el querer besar a su compañero y sentirlo.

Hicieron rozar sus labios con desenfreno desde el primer contacto, él que iba recuperando poco a poco sus fuerzas buscó la manera de ponerse en una mejor posición, llegó a rodear con sus brazos el cuello de su compañero y se le apegó tanto como pudo.

Compañerismo. (Sesshōmaru x InuYasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora