Capítulo 31

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Inuyasha debía admitir que pudo distraerse y gozar en cierta parte de convivir con alguien más aparte de Sesshomaru, la condición en la que estaban era problemática y aunque se la pasará alejando a los demás con su carácter, la verdad era que disfrutaba de la compañía de otras personas, disfrutaba de tener amigos pero los unidos amigos que tenía no se le podían acercar y seguro no querían acercársele más, excepto Koga que quería matarlo. Shippo debía creerlo un raro y a esas alturas debía saber qué él fue quien arruinó las tumbas de sus amigos y debía odiarlo igual que Koga hacía. Kirara no debía comprender mucho pero él no podría verla sin recordar lo qué hizo.

Soltó un suspiro mientras colgaba una pierna de la rama de un enorme árbol de cerezo. Ya habían pasado tres días desde que Aiko se marchó con su padre y aún se preguntaba como Sesshomaru pudo llamar al Señor del Norte, quizás tenía alguna habilidad para eso o entre DaiYōkai podían comunicarse de alguna manera porqué Inuyasha no encontraba otra explicación del llamado al Señor del Norte, aunque eso al final no le importaba tanto, le aliviaba y alegraba que Aiko estuviese en casa a salvo, aunque la extrañaba. El tiempo se le fue volando junto a la niña y ya había olvidado la sensación de sentir algo así.

Observaba a través de las hojas del árbol los rayos del sol que lograban filtrarse. Estiró una mano para atrapar una hoja que se desprendió de una rama encima suya y esperó paciente hasta atraparla. Abrió la mano para mirar el pétalo de cerezo y justamente un rayo de sol iluminó la palma de su mano. Miró por donde se filtraba dicho rayo de sol entre las ramas con hojas e inconscientemente dijo: ── Komorebi ... ── así se le decía a los rayos de sol filtrándose entre las hojas de un árbol, sin embargo Inuyasha no imaginó que adivinaría sin saber el nombre del infiltrado que tenía cerca suya.

── Así que me notó. Es muy hábil, no podía esperar menos de la próxima Señora del Oeste. ── dijo el Yōkai de armadura negra saliendo de su escondite tras las hojas de un árbol frente a Inuyasha.

El Hanyō se desconcertó y sorprendió de sobremanera al percatarse de la presencia de aquel Yōkai. ¿Cómo era que no lo había notado?, él no tanto pero ¿Cómo no pudo notarlo Sesshomaru?, era peligroso estar cerca un Yōkai y más sí tenía forma humana como ése, pero Inuyasha se confundió cuando Sesshomaru no apareció y aquel sujeto no le hizo nada, y al contrario se arrodilló ante él y bajo la cabeza en reverencia, además le había dicho ˝Señora del Oeste˝ así como el Señor del Norte lo hizo.

Mediante el lazo sintió a Sesshomaru y estaba tranquilo, le pidió guardar la calma e Inuyasha así lo hizo. El Yōkai de cabello gris y armadura se encontraba en el suelo, así que Inuyasha bajo del árbol donde estaba y aunque estaba calmado se preguntaba: ¿Cómo era posible que el Yōkai estuviese tan tranquilo?, ¿Se trataba de un empleado de el Señor del Norte?, ¿Qué era lo que quería?

De brazos cruzados Inuyasha refunfuñó y respingo la nariz mientras habló de mala gana. Dijo altanero: ── ¡¿Quién demonios eres tú?!, ¡No me llames así ni me trates de mujer, imbécil!, ¡¿Qué es lo que quieres?! ── gruñó al final con bastante irritación. Esperó respuesta y miró al sujeto impune a sus palabras y carácter, seguía arrodillado y mostrando respeto, y eso de alguna forma le molestaba a Inuyasha.

── Mi señora Inu No Kami me ha mandado con usted y Lord Sesshomaru para traerles noticias y novedades. ── Respondió firme pero respetuoso y educado. Komorebi continuaba en la misma posición.

Compañerismo. (Sesshōmaru x InuYasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora