Irasue esbozó una sonrisa mientras apreciaba la Luna qué había hecho aparición finalmente.
── La Luna te está dando su apoyo también, mi querido hijo. ── Expresó con una suave y dulce voz, haciendo abrir un tanto sorprendidos los ojos de su hijo.
── ¿Qué quieres decir con eso? ── Cuestionó en un tono directo Sesshomaru, mostrándose serio a simple vista pero ante los ojos de su progenitora podía notar su duda.
── Ha salido antes y porta el símbolo de tu frente, el de mi frente, el símbolo de los nuestros, y el símbolo que igual llevará en su frente el cachorro que crece en el interior de tu compañero. ── Exclamó firme, sonando franca y honrada por hablar del símbolo que era orgullo puro portar en la frente.
Sesshomaru observó a su madre, arrugando leve entre en medio de sus cejas, pero no de molestia, sino de estar concentrado y un tanto pensativo.
Llevó la mirada al cielo, formando un gesto menos expresivo en su rostro mientras observó la Luna Menguante.
Era cierto que los de su especie tenían una conexión especial con la Luna, especialmente el linaje de su madre, por algo portaban aquellas Lunas en sus frentes.
── La Luna está de nuestro lado esta noche, no la has deshonrado. ¿Puedes darte cuenta de ello, Sesshomaru? ── Musitó con una suave voz, recitando su pregunta con énfasis.
El rostro de la Diosa era tranquilo, esta vez no fue serena ni vigorosa cómo solía comportarse con su hijo. Esto Sesshomaru pudo notarlo fácilmente, algo inusual en su madre. Era extraño.
Sabía que algo quería darle a entender, y tratándose de él no había duda de que podría captar el mensaje transmitido, pero desistió de entenderlo.
Apartó la mirada de la Luna y emitió una carcajada dentro de su boca. Calló y no dió respuesta alguna.
Irasue guardó silencio de igual forma, pero sin apartar la mirada de su hijo.
El silencio se hizo presente, los segundos transcurrieron con lentitud mientras los vientos de los cielos hacían moverse a los cabellos blancos de ambos DaiYōkai. Irasue fue quién decidió apartarse tras un parpadeo de sus dorados ojos.
La Diosa junto a su fiel sirviente pasaron a adentrarse en el palacio.
Quedándose solo Sesshomaru devolvió la vista a la Luna oculta tras las nubes, con una expresión apacigua qué luego fue cambiada a un gesto más dudoso, el ceño fruncido había vuelto.
"¿Darme cuenta de ello?" Se cuestionó a sí mismo por un momento, haciéndose una idea del significado terminó borrando la expresión de su rostro e hizo un gesto más irritado. La tan odiada imagen de su padre de hacia tantos años se hacía presente una vez más junto a aquellas palabras que lo atormentaban.
La irritación qué ya sentía sólo creció más.
No era momento de dejarse llevar.
"Suficiente." Pensó con la intención de callar sus propios pensamientos, lograndolo y despejando su mente. Debía estar concentrado en quién se acercaba al palacio, no en banales pensamientos.
Con la mente más clara y tranquila continuó con su labor, manteniéndose alerta de cualquier situación qué podría presentarse.
El tiempo volvió a transcurrir y luego de estar varios minutos solo pudo detectar quién estaba yendo hacia él, no tuvo la mínima reacción y sólo siguió con su labor, dejando poco a poco acercarse al Yōkai qué saldría del palacio.
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Compañerismo. (Sesshōmaru x InuYasha)
FanfictionEn Tessaiga y Bakusaiga nace un intenso deseo qué Inuyasha y Sesshomaru provocaron al pelear. Ambas espadas desean desesperadamente que sus dueños estén juntos de todas las formas posibles, acompáñalos en la aventura que se desprende por este aconte...