Capítulo 59

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» Antes.

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Como un enjambre de avispas enfurecidas, ni siquiera tuvieron tiempo para ver de donde salieron todos esos monstruos y Yōkai. Ukiyo era quien se sentía más cansado. Entre los dos habían peleado contra Hajime pero no tenían la misma resistencia ni capacidad.

Se habían preparado para dicho enfrentamiento, eran compañeros después de todo y el verdadero trabajo en equipo a veces era necesario, sin la manipulación y crueldad de Yugen. Era un DaiYōkai e hijo de un Señor Cardinal después de todo, el querer mandar estaba en su sangre.

Hubieron veces que tuvieron que prepararse para distintas circunstancias, pero ninguna como esta.

Ukiyo nunca creyó pelear hombro con hombro con Yugen, cómo unos auténticos compañeros, y no simples acompañantes de viajes. Realmente recibiendo apoyo del otro al dar sus ataques. Atacando mutuamente, cubriéndose las espaldas, entre distintas combinaciones, aún quedando entre todos esos invasores.

Estaba recuperando aire, estando espalda con espalda con Yugen, mientras eran rodeados por todos esos monstruos y algunos Yōkai.

── ¡Ni siquiera pienses caer rendido, Ukiyo!, ¡Sí lo haces te mataré antes de que ésos malditos lo hagan! ── Sonó su furiosa voz pero había algo distinta en ella, el Yōkai sabía que a su modo lo estaba alentando.

Demasiado extraño pero nada novedoso, en situaciones demasiado adversas llegó a experimentarlo, y tal como en esas pocas ocasiones le generaba cierto sentimiento, y por supuesto se sentía llenarse de valor.

Pero al contrario de como se podría suponer de él; no lo dejaba saber.

── ¡Es fácil para ti decirlo!, ¡Eres más fuerte que yo! ── Reprochó con su peculiar tono berrinchudo, aún en esos extremos.

Causando una obvia molestia en el DaiYōkai, que al instante le gritó. ── ¡Sin quejas, animal!, ¡Y pelea!, ¡Tenemos que llegar con ése maldito de Hajime! ──

── ¡Está bien! ── Abrupto con una actitud más despistada y ligera, se dispuso a seguir peleando.

Yendo contra aquellos monstruos mientras su compañero fue por su lado. Continuando con su ardua batalla pese el cansancio de su cuerpo. Pelear era la única opción, y lo sabía de sobra. Apenas habían podido tomar un poco de aliento e intercambiar palabras.

Pelearon por sí mismos unos minutos hasta que se vieron obligados a pelear hombro a hombro otra vez. Yugen girandolo alrededor, sosteniendolo de sus pies mientras cortaba algunas cabezas, él empujandole algunos monstruos para que los cortaba con sus cuchillas en una secuencia constante, ó simplemente ambos combinando los filos de sus armas, espalda con espalda mientras los desgraciados se les abalanzaban como avispas.

Pudieron bajar la cantidad y divisar más allá, miraron como el resto de soldados del palacio estaban en sus propias peleas pero prestando más atención a la gran cantidad de monstruos que parecían un gran tornado en un punto fijo.

Intercambiando palabras luego de quedar a un lado del otro y librarse de un par de monstruos; Ukiyo fue quien primero habló.

── ¡Debe estar ahí!, ¡No lo veo por ningún lado y no puedo olerlo! ── Concluyó, mirando aquel tornado de monstruos por un momento pero luego volviendo su atención a los enemigos que intentaban abalanzarse contra ellos pero parecían ser precavidos.

── ¡Lo descubriremos en ese caso! ── Sonó la profunda voz, diciendo lo que ya había podido anticipar porque era lo obvio.

Pero aún así sus labios temblaron al estar cerrados y por su garganta pasó la saliva con pesadez. El cansancio ya estaba más latente en su cuerpo y debía estar presente también en Yugen, no tanto como en él, pero sentía que ya no podría seguir dejando avanzar esto.

Compañerismo. (Sesshōmaru x InuYasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora