Capítulo 56

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Estaba costandole demasiado ir con Inuyasha. Bakusaiga no le había avisado en el momento correcto para acudir a él y ahora se lo estaban llevando. Alejandolo más de él y acrecentando su pesar, pero no se daba por vencido. Tenía qué llegar a cómo diera lugar.

Sabía qué estaba bien con el cachorro gracias a Mizuho así que aguantaría por un rato más pero el problema era él, estaba costandole ser más rápido y estaba bajando la velocidad.

Estaba demasiado enfurecido, Yasuhiro intentaba saber qué ocurría preguntándole pero el enojo no lo dejaba responder, mucho menos su orgullo lo dejaba atreverse a confesar qué estaba cansado. Algo así era impensable. El Gran Sesshomaru confesando su cansancio, imposible.

Aunque no era necesario decir nada y los dos lo sabían, Yasuhiro sabía de sobra qué estaba cansado y eso también le resultaba irritante a Sesshomaru, qué notarán su cansancio ó una debilidad en él, aún fuesen sus aliados.

Sin volver a preguntar el Señor del Norte guardó silencio, sabía que el orgullo de Sesshomaru debió haber recibido un golpe muy fuerte por todo lo acontecido. Quería saber qué ocurría, sí acaso el palacio había sido atacado ó algo le había pasado a Inuyasha, pero prefirió mantener el silencio.

Continuaron avanzando y en cierto momento pudieron visualizar una gran nube negra sobre el palacio, de la qué salían sin parar monstruos. Ambos se vieron asombrados, Sesshomaru no sabía sobre aquella nube, Bakusaiga sólo le había hecho saber qué debía ir por Inuyasha y qué estaría bien por un rato gracias a Mizuho, no sabía nada más de todo lo qué ocurrió.

Se sintió todavía más enfurecido, evidentemente habían caído en una trampa de la cuál no pudo percatarse porque su espada no tuvo ni tiempo de enterarse de nada porque estuvieron muy concentrados en sus enfrentamientos y no habían puesto atención a lo qué ocurría con Inuyasha.

La llama de su espíritu ardió con ferocidad una vez más, impulsada por su misma furia incontrolable. Obtuvo nuevamente la fuerza suficiente y reduciéndose en una esfera de luz salió a una velocidad imparable hacia el palacio, dejando por mucho atrás a Yasuhiro y a los demás qué los seguían.

En esos minutos no sintió nada, sólo enfocó todo su potencial en velocidad y llegó al palacio, tomando su forma de antes y tomando aire por el intenso cansancio qué lo azotó por dentro al haber usado tanta energía. No le restó importancia y forzándose a usar su espada la sacó de su funda para utilizarla.

La agitó de costado en el aire con fuerza y de ella salió su inmenso poder dirigiéndose hacia la gran nube en el cielo, su habilidad golpeó con intensidad y comenzó a expandirse por toda la nube negra, y por todos los monstruos qué salían de ella. Con rapidez se fue expandiendo más y más, alcanzando a más monstruos y Yōkai a excepción de sus aliados.

Monstruos y enemigos intentaron huir al ver tal habilidad pero fueron alcanzados por ella lentamente. La catastrófica habilidad siguió expandiéndose hasta llegar a un gran cúmulo de monstruos qué Sesshomaru supo estaba sumergido Hajime.

Poco a poco el número fue bajando hasta dejar ver al Guerrero, estaba hecho un desastre, golpeado y herido pero aún manteniéndose de pie, totalmente dispuesto a seguir con la batalla. Sesshomaru cruzó miradas con él y se mostró muy serio, muy duro del rostro. Hajime sólo le asintió tras recuperar aliento y entonces el Señor del Oeste se dispuso a irse de ahí.

Mientras se marchó Hajime sintió qué su espíritu de lucha ardió más, Sesshomaru se había tomado la molestia, aún en sus condiciones y con Inuyasha secuestrado, para ayudar a su gente en el palacio. No había motivación mejor que esta para el Guerrero. “No fallaré, mis señores. Yo protegeré este palacio con mi vida.” Pensó con una determinación incalculable y entonces se dispuso a seguir peleando ferozmente.

Compañerismo. (Sesshōmaru x InuYasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora