Capítulo 53

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Apenas los Gatos se marcharon la batalla se puso más intensa, Tōran y sus hermanos pudieron darse cuenta de ello al estar lejos, escucharon los fuertes sonidos producidos por los poderes de las espadas de los DaiYōkai y sólo bastó echar un vistazo para ver la ferocidad de aquella batalla.

Sesshomaru pudo sentirse más libre al pelear sin distracciones, supo desde un principio que Tōran sabría interpretarlo y se largaría, aún así fue un poco más rápido de lo que consideró. Quizás la Gata Leopardo lo conocía más de lo que él creía.

Había podido detectar a Chōkichi ya que se encargó de custodiar alrededor del palacio sobrevolandolo, sus mismos soldados y los del Norte ya lo cuidaban pero tratándose de él tenía que asegurarse por sí mismo que todo estuviera en orden, y no estuvo de más hacerlo porque así fue cómo pudo detectar al Señor del Sur desde una muy, muy larga distancia. Incluso él se sorprendió del incremento de su fuerza y capacidad, entre otras muchas virtudes, pero sabía que era gracias a Bakusaiga y a su propio espíritu, aunque no lo quería reconocer, siquiera pensar.

Se centró en la pelea, empujando con mayor potencia a su Colmillo Explosivo contra la espada de Chōkichi, desprendiendo todavía más energía y poder. El Señor Del Sur retrocedió unos cuantos pasos, en su rostro se pudo ver que se sorprendió un poco, pero sólo fue por un breve momento, ya que regresó la misma fuerza y potencia contra Sesshomaru, sonriendo satisfecho en el proceso.

Era cierto que Sesshomaru se había hecho fuerte y se estaba fortaleciendo más, pero Chōkichi también se había fortalecido, cosa qué Sesshomaru ya había anticipado. Los DaiYōkai se caracterizaban por perseguir la fuerza hasta el fin de sus tiempos, conformarse no era el estilo de ningún DaiYōkai honorable.

Ambos se separaron al mismo tiempo, casi cómo sí lo hubieran acordado. Fue una acción en la que coincidieron. Al separarse sus poderes se calmaron, aún así dejaron seguir fluyendo parte de estos de sus espadas en demostración de no debilidades. Estaban alejados uno del otro, a unos tres metros.

Chōkichi manteniendo su maligna sonrisa mientras Sesshomaru mostraba su frialdad de siempre.

── Realmente te has hecho fuerte... ── Dijo un tanto adulador el DaiYōkai de cabellera roja, llevando su mirar a la espada de su contrincante. ── Inclusive has conseguido tu propia espada, la representación de tu alma y de tu fuerza. Algo qué ni Inu No Taisho pudo lograr. ── Expresó con asombro pero cierta admiración.

Sesshomaru entre cerró sus ojos fijando más su mirada en el Señor Del Sur, se esperó que pudiera darse cuenta de que su Bakusaiga era parte de él pero no qué haya salido de su propio cuerpo. Esto le hizo preguntarse cómo era que lo sabía, pero no dijo palabra alguna ni le cuestionó nada.

Dejando de fluir su poder mediante su espada Chōkichi la posó a su enemigo sosteniendola de costado y enfrente suya, sin dejar la soberbia ni aquella aura tan maligna. La espada Carmín relució con el resplandor de la Luna, haciéndola ver única en su existencia, desprendiendo incluso una esencia muy oscura y densa. Una espada qué reflejaba perfectamente su espíritu.

── Esta es la mía, y sí te preguntas ¿Por qué te la muestro? Es porque... ── Musitó manteniendo el mismo tono de antes pero al final de sus palabras se puso serio y rígido de pronto. ── También salió de mí. ── Confesó en un tono profundo.

Sesshomaru sintió cierto asombro, hasta que su propia espada salió de él mismo no sabía qué algo así podía ser posible, y era sorprendente encontrar a otro DaiYōkai que le haya sucedido lo mismo, más tratándose del propio Señor Del Sur. Aún así ya se había hecho la idea de que aquella espada tenía una parte suya, pues podía percibirlo gracias a Bakusaiga. Además de que era un arma que no le conoció antes.

Compañerismo. (Sesshōmaru x InuYasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora