RAFA
Ocho meses después
—Vamos, Dani, a ti te gustan los libros y a mí también. Sería una tontería no ir juntos.
—Pero ¿no crees que a Olivia le molestará que no vayas con ella? Es una fiesta muy vuestra y...
—Olivia ya te conoce lo suficiente como para no molestarse. Además, después le llevaré una rosa y listo. Ella hace tiempo que no me acompaña a pasear en Sant Jordi —le expliqué esperanzado.
—Está bien. Entonces, vamos después del trabajo —respondió sin remolonear ni un ápice—. Me han dicho que varias de mis autoras favoritas firman libros hoy y me muero por un ejemplar dedicado.
Cuando Dani ponía esa carita ilusionada, el mundo dejaba de girar; por lo menos el mío.
—Pues iremos a por esos ejemplares.
Ella se despidió con un guiño que me supo a gloria y entró en su despacho.
No podía creer que ya llevara ocho meses formando parte de mi vida y, aun así, era como si la vida hubiera empezado con ella. La necesitaba tanto como el aire que respiraba. Es curioso cómo una persona que has conocido hace relativamente poco puede llegar a colarse bajo tu piel y colapsarlo absolutamente todo.
La relación de amistad se había hecho más estrecha, mucho más estrecha. Le había contado cosas que nadie más sabía. A esas alturas, nadie me conocía tanto como mi asturiana, ni tan siquiera mi familia. Estaba al corriente de lo mejor y lo peor de mí, conocía mis luces y mis sombras y, aun así, apostaba por nuestra amistad. Dani estaba en todas partes, incrustada en mi día a día por pura necesidad, por el egoísmo más absoluto. No podía ni quería pensar en estar sin ella.
Cada vez que Olivia quería salir con amigos, lo hacíamos con Jose, Andrea, Víctor y Dani. Me conformaba con saber que estaba allí, con ver cómo se desenvolvía, con escuchar el sonido de su voz cantarina con aquel acento que me llenaba de ternura y de deseo. Su carácter llano, sus bromas que desprendían buen rollo y su buen hacer nos habían conquistado a todos; incluso a mi mujer, quien hablaba siempre bien de ella y de Víctor.
Un día hicimos una salida los seis para comer en el restaurante Can Sidru, en Palau de Plegamans. Como buena asturiana, a Dani le encantaba la carne, y supe que la sorprendería por la variedad que ofrecían allí. Deberíais haber visto su cara cuando le dije que iba a probar platos como el solomillo de canguro a la brasa, o la carne de avestruz. Como era lógico, a ella le entusiasmó la idea, y yo con eso ya estaba satisfecho.
El restaurante era una masía preciosa que conservaba el encanto de toda una vida. Paredes de piedra, grandes mesas de madera; una auténtica casa de payés convertida en lugar de ocio.
Aquel día llegamos tarde, pero no fue el único. Desde que quedábamos los seis Olivia parecía tener un serio problema con la puntualidad, lo que me sacaba de quicio, pero, por no ponerme a discutir y terminar peleado en casa, no me quedaba más remedio que claudicar. Aguantaba el chaparrón sentado en el sofá hasta que se dignaba a aparecer con esa expresión de «¿me estabas esperando?». Juro que me costaba Dios y ayuda no decir nada al respecto, apretaba los labios y me limitaba a decirle que la espera había merecido la pena, así me aseguraba el poder asistir a la comida sin una reyerta de por medio.
Habría hecho cualquier cosa por estar con Dani, incluso si eso me suponía tragar con los desaires de Olivia en público. Creo que se había habituado tanto a tratarme así que ya no le importaba quién estuviera delante para hacerlo y, cuanto más se molestaba, yo más la provocaba. Sabía que no llegaba a ninguna parte con ello, que la solución no era esa, pero no podía hacer nada por evitarlo. Además, había llegado un punto en el que trataba de obviar el amargor que destilaba si Dani era quien me esperaba.

ESTÁS LEYENDO
¡Sí, quiero! Pero contigo no
RomanceAntes que te decidas a embarcarte en este libro tengo que confesarte una cosa: ¡Esta historia es real! 😱😱😱 Sí sí, como lo oyes, esto pasó de verdad, una novia 👰♀️ pasó su luna de miel 🏝 sola. ¿Te lo puedes creer?🙊 Esa es la misma cara que yo...