Pov Luiza
Hacía años no me sentía de esta manera, estaba empezando de nuevo y vaya manera de empezar a conocer a alguien.
Valentina ha hecho un buen trabajo así que yo debería de esforzarme para al menos poder ser equitativa.
Mordisquee su cuello mientras hacía pequeños círculos con mis dedos sobre su vagina.
Mi otra mano aún estaba entrelazada a la suya y ella de vez en cuando daba leve apretones.
—Mmmh —la escuche gemir muy despacio.
Me acerqué de nuevo a su rostro y con mi pulgar acaricie sus labios.
—Si quieres gemir fuerte te aseguro que vas a deleitar a mis oídos —sonreí y ella me besó.
Estaba relamiendo sus pechos pero creo que el calentamiento previo no es necesario porque con sus manos empujó mi cabeza hasta su vagina.
Empezó haciendo un sube y baja con sus caderas sobre mi lengua.
—Te gusta o quieres que pare? —cuestioné jugueteando con su necesidad.
—Oh Dios, ni lo pienses -me tomó del cabello y me llevó hasta su vagina— Ahah no ah pares —volvió a decir entre gemido.
Relami la entrada de su vagina estaba super húmeda, jugué con mi lengua sobre su clitóris mientras introducia mis dedos en su interior, no deje de mover mis dedos en círculos para que ella disfrute, ella gemia cada vez más fuerte.
—No pares Luiza —su nombre en mi boca sonaba mil veces mejor.
No iba a dejar que ella se venga de esa manera, me frene, en un rápido movimiento quedé abajo y la dejé arriba.
—Siéntate sobre mi —ella estaba lujuriosa de placer.
Acomodó sus piernas a cada lado de mi cara para no lastimarme y empezó con sus movimientos en vaivén.
—Esto es el cielo hmm —la escuché decir desde abajo, sus movimientos cada vez se hacían más rápidos y yo no paraba de lamer su clitóris— Me voy a venir, no te detengas.
Con mis manos apretaba sus muslos sobre mi cara y empezó a moverse rápido.
Soltó un último grito de placer y se dejó caer a mi lado.
Ambas estábamos chorreando en sudor, exhaustas pero terriblemente llenas de placer.
—Voy a ducharme —le dije y salí de la cama, recordé que no estaba en mi casa y no sabía dónde era el baño.
Apuntó la puerta de la izquierda y asentí.
Abrí el grifo, las gotas de agua tibia caían sobre mi espalda y se sentía delicioso, la puerta se abrió y ella traía dos salidas de baño en la mano, las dejo sobre el inodoro.
—Puedo? —cuestionó y reí.
Claro que podía entrar a ducharse conmigo.
—Volteate —le dije e hizo lo pedí.
Tome la esponja que estaba colgada, le eche un poco de gel de ducha y frote su espalda.
Besé su cuello y se volteó, puso mi rostro entre sus manos y volvimos a besarnos.
-
Los rayos del sol estaban pegando directo en mi cara, no sabía que hora era y tampoco recuerdo bajar mi celular del auto.
Abrí los ojos y un reloj digital a mi lado marcaban las 6:30 de la mañana, tenía que irme a trabajar.
Recordé lo que pasó en la madrugada y giré despacio, ella estaba durmiendo a mi lado, su cabello caía sobre su rostro, dormida también era preciosa, no dejamos que el baño solo nos dé una ducha de nuevo ambas tuvimos sexo ahí y terminamos completamente cansadas.
Su brazo estaba rodeando mi cintura, levante despacio su brazo para dejar que repose en la cama, no quería despertarla.
Con los ojos cerrados busco mi mano y me pego a ella.
—Por hoy, solo por hoy no vayas —susurró, me debatía en quedarme e irme a trabajar.
Iba a faltar a mis principios? Valdría la pena?
—También debo de ir a mi casa —hable un poco bajo y esta negó.
—Yo te acompaño más tarde si quieres —me pego más, apretó un botón del control que tenia en la cabecera y está hizo que se cierren las persianas, la habitación quedó en total oscuridad— Ven —rodeo con sus brazos mi cuello y besó mi frente.
La verdad que sí valdría la pena quedarme, deje reposar mi cabeza en su cuello y cerré los ojos.
-
Valentina cocinaba delicioso, hizo una deliciosa galinhada y un poco de jugo de durazno.
_Ves te dije que cocinaba rico y no confiaste en mi —me reprochó.
—No dije eso, si no que podríamos a ver pedido algo pero a decir verdad esto está delicioso —admití.
Terminamos de comer y a parte el plato para poder lavarlo después.
Ella recogió los platos y los dejó en el lavadero.
Se paró mi lado y su mano levantó mi barbilla, empujó la silla y se sentó sobre mi.
—Pero ninguna cosa que pueda cocinar ahora mismo va estar tan delicioso como tus labios —volvió a besarme.
Puse mis manos sobre sus nalgas y apreté fuerte.
Agradecida de dejar los prejuicios de lado para tener a esta mujer encima mío.
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The Loneliest |Valu|
FanfictionValentina estaba en busca de su especialidad, finalmente pudo conseguir su residencia médica en el área hematologia, primero tuvo que pasar por clínica médica y ahora finalmente pudo ingresar a hematologia. Luiza era jefa de las pasantias de residen...