1

1.7K 97 11
                                    

Pov Luiza

Me di cuenta que Valentina estaba incómoda pero no podía echar a sus padres de su casa.

—Ven aquí amor —llame a Leo para que pudiera pasar a mis brazos pero negó con la cabeza.

—Aquí esta bien —me habló Valentina y asentí.

No quería que Leo la incomode pero ambos estaban a gusto.

—Y tampoco quieres venir con la titia? —cuestionó Duda a mi lado y Leo volvió a negar con la cabeza— Ves? —dijo Duda— Me cambió —reí.

Acaricié la pierna de Valentina bajo la mesa para que sintiera que estaba a su lado y me sonrió.

—Y ustedes también se conocen? —nos cuestionó la madre de Valentina a Duda y a mi.

—Si, desde muy pequeñas —comentó Duda quien ya frecuento en más oportunidades a los padres de Valentina.

—Pues bien por Valentina —dijo su madre— Es...

—Esperamos que la próxima vayan todos a Río —su padre volvió a irrumpir—  La casa es enorme, hay muchísimos juguetes de Igor y Valentina para que Leo pueda jugar, además de estar muy cerca de la playa.

—Esperemos que eso sea pronto —respondí sonriendo.

Observé a Valentina quien estaba acariciando la cabeza de Leo, ambos se habían perdido de toda la conversación.

Miré la hora y marcaban casi las diez y media de la noche, ya era muy tarde.

—Creo que voy a dejarlos por el momento —me limpié la comisura de los labios— Todo estaba delicioso, en serio —admití.

Todo estaba delicioso, la madre de Valentina cocina riquísimo y recordó que ella era vegetariana así que también cocinó para ella.

—Pueden quedarse aquí, si quieren —hablo Valentina a sus padres.

Estos se miraron entre sí, no esperaban eso de Valentina, yo tampoco.

—Si... Y no te va a molestar? —cuestionó su padre y ella negó.

—Voy acompañar a Luiza a la puerta y luego vuelvo —se levantó de la silla y cogió en sus brazos a  Leo que estaba dormitando.

Caminamos en dirección a la puerta y abrí para que ella pueda pasar, llegó al auto y puso a Leo en su silla, abrochó su cinturón y salió del auto.

—Disculpame por todo lo que pasó ahí adentro, no sabía que venían —se disculpó y sonreí.

—No pasó nada —la calmé y la abracé.

—Mi madre es un poco... —besé sus labios.

—Tú madre no es nada, además la cena estuvo deliciosa —besé su mejilla— Cocina delicioso.

—En cuanto se vayan iré a verte —sonrió y asentí— Voy a extrañar enredarme a ti esta noche —jugó con nuestras narices.

—No te preocupes —la abracé— Tenemos mucho tiempo para hacerlo —besó de nuevo mis labios.

—Amor —captó mi atención— Gracias por quedarte hoy  —agradeció y sonreí.

—Nos vemos mañana, que descanses mi amor —me separé un poco.

—Que descanses —me besó una última vez antes de subir al auto.

Leo estaba demasiado exhausto y muy somnoliento



SP-Br Domingo_21/Junio/2020

Me tapó los ojos y me guió hasta la terraza.

The Loneliest |Valu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora