The Loneliest |Valu|

Caluroso

Pov Valentina

SP-Br Viernes_22/Mayo/2020

Desperté y cuando giré me encontré a una Luiza profundamente dormida, lo primero que se me vino a la mente es lo hermosa que se veía.

Cerré durante unos segundos más los ojos, no quería ir al trabajo, anhelaba con todo el alma quedarme pegada a ella en la cama todo el día.

Besé su mejilla y su frente.

—Mmm —se movió y sonreí.

—Vas a ir hoy al trabajo? —cuestioné recostada a su lado.

—Sí pero dame cinco minutos más —me envolvió entre sus brazos e hizo que me recueste de nuevo.

—Eso es tortura —susurré y metí mi cabeza en su cuello— Ahora tengo menos ganas de salir de la cama —me levanté de nuevo, alguien tenía que tener la iniciativa— Vamos —tiré de su brazo para que salga de la cama.

—Por favor —rogó.

—Luiza te desconozco —abrió los ojos.

—Es tu culpa —bromeó y levanté las cejas— Está bien —cedió y la ayude a levantarse.

Cuando al fin estuvo de pie me envolvió en un abrazo y caminamos hacia el baño.

Cogi mi neceser, saque mi pasta dental y cepillo de dientes.

Ella me dejó una toalla al lado para bañarme.

—Iré abajo a ver si Ofelia hizo algo —asentí con la boca llena de pasta dental.

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Se está haciendo costumbre ir en un solo auto, llegamos al estacionamiento del hospital y busqué mi bolso.

Divisé a Ally a lo lejos, enarco una ceja, quería reír, es algo que omití de todo lo que hacíamos con Luiza.

—Te veo en el almuerzo —me dio un corto beso, me sorprendió, no pensé que lo iba hacer.

—Como hacen eso? —cuestionó Ally atrás de Luiza.

—Pensé que no había nadie —comento Luiza y reí.

—Solo es Ally —la calme.

—Sí, por eso mismo, soy yo —me empujó— No me digas que ya desayunaste porque me muero por tomar un café juntas —miré a Luiza.

—No, no desayune —admití— Lo íbamos hacer pero no nos dio el tiempo —tomé su brazo y caminamos al ascensor.

Luiza ya se había ido, tenía muchas cosas que dejar en orden ya que la semana entrante volvía el director y ella quería dejar todo en orden la oficina.

Caminamos con Ally hasta la cafetería y pedimos dos cafés, ya no podíamos quedarnos a tomar así que le di la idea de irnos a la oficina de Luiza, total la Dra Mitch nunca lo utilizaba, creo que repele esa oficina.

Abrí la puerta y la dejé pasar primero, me senté en la silla de Luiza y una sonrisa de oreja a oreja se formaba en mi rostro.

—Tienes algo que contarme, ya vi tu cara desde la entrada —comentó Ally

—Ya somos novia —solté.

Ally casi derramó su café y empecé a reír.

—Estoy tan feliz —contestó— Y me encanta porque es lo más sano que ha pasado por tu vida —sonreí— Ahora dime, como fue?

—Fue tan tierna —admití.

Empecé a contarlo desde el principio.

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