The Loneliest |Valu|

Convenio

Pov Luiza

SP-Br Viernes_25/Diciembre/2020

Ya eran casi las tres de la madrugada, todos estaban acostados y supongo que durmiendo, lo último que hice fue acomodar a Duda y a Igor en la oficina para que pudieran descansar.

La idea era que vuelvan en la mañana pero decidimos que era muy tarde para que vayan a su casa, los niños de hecho iban a despertar temprano para buscar sus regalos, ayer no paraban de hablar sobre eso.

Entré a mi habitación y no encontré a Valentina, miré en el baño y tampoco se encontraba ahí.

No estaría abajo porque yo acabé de subir, corrí un poco las cortinas que daban al balcón y la encontré ahí parada.

—Hola —dije abriendo el cristal, se giró e hizo una media sonrisa.

—Que haces? —cuestionó y volvió su vista a la piscina

—Acabo de hacer que todos se acomoden —llegué y me coloque tras ella, puse mis manos en su cintura y dejé descansar mi mentón sobre su hombro— Y se puede saber que haces aquí? —cuestioné está vez yo, suspiró profundo.

—Nada, estaba con sueño pero en lo que te esperé se me pasó un poco —comentó y junto sus manos con las mías sobre su vientre.

—Que suerte —comenté y me miró por el rabillo del ojo— No quería que duermas aún —susurre.

—Por qué? —cuestionó y giró quedando frente a mi, sonreí de forma maliciosa y mordisqueo mis labios.

—Por varias razones —hablé sobre sus labios— Y lo que era segundo en mi plan ya lo estás haciendo primero —me relami los labios, sus manos estaban sobre mi trasero— Cierra los ojos —ordené y ella lo hizo.

Saqué la caja que traía en mi pecho, cuando fui al mall por los juguetes de los niños entré a una joyería, no olvidé su regalo.

—No los abras —continúe y asintió, abri la cajita y dejé ver el anillo en su interior, me alejé un poco de ella y sonreí, sabía que estaba ansiosa— Abrelos.

Me miró extrañada hasta que vio la cajita con el anillo en mi mano y su expresión se borró por completo, creo que no le agradaba la sorpresa.

—Que es eso? —apuntó y lo que quería que sea un momento lindo estaba a punto de ser cómico porque yo quería reír.

—Te mentiría si te dijera que lo he pensado mucho porque no es así, no he pensado mucho en esto, desde que te conocí he querido que estés siempre en mi vida Valentina —su expresión mejoró, su expresión se suavizo— Y no es algo que quiero que lo hagamos mañana o en unos meses, quiero que sea cuando ambas estemos preparadas, que sea perfecto, no creas que eso debe de ser ya mismo —dije que no lo iba hacer pero inconscientemente ya estaba de rodillas frente a ella— Aceptarías casarte conmigo en el momento que la vida crea oportuna? —cuestioné, se limpió las lágrimas y se arrodilló conmigo.

—Sí, claro que sí, no importa cuando sea, si es contigo sabes que quiero absolutamente todo —besó mis labios y me di cuenta que yo también había empezado a llorar.

—Lo compré y dije que lo iba a guardar hasta que sea el momento exacto pero me di cuenta que si no es ahora no iba a ser mas adelante, después de que casi muero en el hospital he decidido no aplazar nada en mi vida y eso es no dejar pasar el tiempo contigo porque quiero vivir todas las mejores etapas de mi vida que quedan a tu lado.

—Eres perfecta Luiza, no podría explicarte en palabras la forma en la que te amo —besó mi mejilla— Te amaré hasta que el universo se extinga —sonreí por lo que estaba diciendo, habíamos leído juntas que para eso faltaban casi dieciseis millones de años.