Rendirse

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Pov Luiza

Desde el momento en que vi entrar a Duda en la sala de junta sin pedir permiso, sin avisar nada supe que algo no estaba bien, no pedí permiso solo los deje ahí sin decir absolutamente nada.

—Flashback—

Cerré la puerta de la sala de juntas y me pare frente a Duda.

—Que paso? —cuestioné.

—Necesito que te calmes —puso su mano sobre  mi hombro— Valentina me escribió, lo que me describía parecían contracciones así que llame a Igor para que vaya a buscarla.

—Duda, que paso ella está bien? —no quería los detalles.

—Valentina está bien —volví a respirar— Pero el bebé, no —casi me desmayo en ese momento— Igor no encontró los latidos del bebé —me senté en la silla para procesar lo que me me estaba diciendo.

—Que? No puede ser, estuvimos en la ecografia, todo iba a bien —no podía creer lo que me estaba diciendo, corrí hasta uno de los basureros y vomite, tenía muchas náuseas.

Duda me abrazo y lloré desconsoladamente.

—Ella está en mi servicio, tienes que hablar con ella —asentí.

—Solo dejame voy a lavarme la cara y voy —asintió.

Entré al baño y me lave la cara, me mire al espejo y respire hondo para ir a la habitación de Valentina.

Como iba a decírselo?

—Fin flashback—

No quería volver al trabajo, debía pasar tiempo con Valentina pero no me deja acercarme, estos días están siendo difíciles, es su forma de duelo pero yo estoy sufriendo por doble partida.

No pude salvar al bebé y ahora la estaba perdiendo porque no me habla desde hace días y simplemente no encontraba la forma de hacerla sentir mejor.

Igor se fue en la mañana porque debía de recoger a Annita y a Leo, lo iba a llevar a su casa para que podamos estar las dos juntas pero no sabía que tan buena idea era eso.

Subí a la habitación y volví a entrar, ella estaba ahí sin decir nada, escuché su llanto en la mañana y por más que me moría por entrar a abrazarla me detuve porque ella no quería hacerlo conmigo y era algo que me tocaba entender.

—Puedo? —pregunte mientras estaba de espaldas.

—Si —respondió, sabia que estuvo llorando, era un gran paso, llamé a su terapeuta porque el shock le duró mucho tiempo.

Entré a la cama y la abracé, volvió a llorar pero estaba vez no me contuve y lo hice con ella, ella me apretó fuerte.

—Fue mi culpa —dijo entre sollozos y eso fue lo que más me impacto— Yo me sentía mal pero pensé que seguía siendo normal, no lo vi venir.

—No fue tu culpa —negué— Es algo que no esperábamos mi amor —solloce.

—Me dijiste para ir al hospital Luiza —me dolía el pecho— Fuiste más consciente porque tú si tienes ese instinto, si íbamos seguro que...

—No —la detuve— No fue tu culpa —bese su cabeza.

Los siguientes días no fueron nada alentadores, Valentina no salía de la habitación y rechazaba hablar con la terapeuta.

Duda entro y me abrazo.

—Como va? —cuestionó sentándose en el sofá y me encogí de hombros.

—Intento ayudarla pero simplemente no se que hacer —suspiré hondo, la culpa me empezaba a invadir y no quería que esto se sume a todos los problemas.

The Loneliest |Valu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora