Problemas

1.4K 98 3
                                    

Pov Valentina

SP-Br Sábado_07/Noviembre/2020

—Aún en pie? —entró Isis a mi consultorio, asentí un poco cansada.

—Y tú? —cuestioné bostezando.

—Un poco muerta pero al menos hoy no tengo muchos niños en la urgencia -respondió Isis— No quieres ir a dormir? —cuestionó.

—Crees que no va venir nadie? —cuestioné y se puso atrás mio, masajeo mis hombros y suspiré de alivio.

—Mmm probablemente no —entrecerre los ojos, estaba muy cansada y el masaje me estaba relajando demasiado.

—Si quieres puedo quedarme aquí en lo que vas a descansar —habló aún masajeando mi espalda y asentí.

Sería un gran alivio qué lo haga ya que no he descansado bien las últimas semanas.

Me levanté de la silla y me dirigí a la habitación donde normalmente hacemos el descanso.

Cerré los ojos y me quedé completamente dormida.



Desperté y me di cuenta que Isis estaba a mi lado, normalmente dormíamos juntas cuando estábamos muy cansadas, teníamos miedo de caer de la litera de arriba, nada de otro mundo, siempre la he respetado y ella a mi.

Miré la hora y marcaban las seis y cincuenta y ocho.

—Isis —la moví— tenemos que marcar en dos minutos, despierta.

—Mhm ya —se movió para salir fuera de la cama.

Me levanté rápido y abrí la puerta para ir hasta el marcador, me saqué la mascarilla y reconoció mi rostro.

Caminé de nuevo al consultorio y me fijé que no llegó nadie a consultar en la madrugada.

Recogí todas mis cosas dentro de un bolso y agarre el vaso de café que Luiza me trajo.

—No crees que la leche se pudo echar a perder? Te puedo traer otro —dijo Isis y asentí.

Olvidé guardarlo en la nevera y lo dejé en la oficina.

—No te preocupes —hable— En mi casa voy a preparar otro, ahora solo deseo dormir.

—Está bien, cuídate —acarició mi hombro y sonreí.

Salí de la urgencia, caminé al estacionamiento y busqué mi auto, estuve así durante unos minutos hasta que recordé que ayer vine en taxi porque no quería manejar.

Dios.

—Que pasa? —preguntó Isis a mi lado.

—Olvidé que vine en taxi.

—Puedo llevarte si quieres —habló

—Estas igual de cansada que yo, no te preocupes, en la esquina hay muchos taxis  —comenté y empecé a caminar, tomó mi mano y me detuvo.

—Valentina, te voy a llevar estás muy cansada, es peligroso mejor te llevo, siempre que puedo lo hago además tu casa queda a diez minutos de la mía —me dirigió al coche.

Subí y luego condujo hasta mi casa, siempre que iba sin el auto o lo mandaba al taller ella me recogía o me traía a la casa mucho antes de que conozca a Luiza.

Llegué a la casa y divisé frente a mi auto el de Luiza.

—Gracias —agradeci y baje rápido.

—Nos vemos... —fue lo último que dijo cuando cerré la puerta.

The Loneliest |Valu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora