The Loneliest |Valu|

Paz

Pov Luiza

Había pasado mal los últimos días lejos de Valentina y por más que intenté acercarme no podía hacerlo porque cada vez que lo hacía volvía a mi cabeza esa mujer.

Con solo verla me daba cuenta lo arrogante e insoportable que era y no digo que yo tenga las mejores cualidades pero...

Valentina estaba encima mío.

—Tengo miedo de perderte —susurré.

Si, ese era uno de mis mayores miedo ahora.

—Eres idiota —rio— No que eras tan directa, si no me hablas es que me vas a perder, no tienes alguien que compita contigo —jugó con las ondas de mi cabello.

—Es el mismo miedo irracional que tienes con Raiça y ya se que vas a decir que no es igual pero para mi sí lo es —hablé y negó con la cabeza.

—Y que pensabas? De forma telepática me ibas a pedir disculpas? —cuestionó y sonreí a medias.

—Estoy aprendiendo a pedir disculpas —confesé.

Todo lo de ser directa y solucionarlo casi mueven mi psiquis ahora que me tocaba a mi tener celos, es más fácil cuando Valentina está celosa.

—Entonces ya no estás enojada? —cuestionó.

—No estaba enojada —respondí

—Estabas celosa —sonrió y cuando vio mi cara cambio de inmediato su expresión— Ves que no es divertido?

La abracé y metí mi cara en su pecho, suspire é inhale su perfume, lo extrañe mucho estos días.

—No creo que sea fácil sacarme la costumbre de estar todo el día así —resople.

—Entonces deja de ser dramática —puso sus dedos en mi mentón e hizo que la miré— Luiza desde que te conocí no he querido conocer a nadie más —sonreí— No quiero que nadie más esté cerca mío, nadie —remarcó la última palabra.

Estaba completamente enamorada, no tenía ni un poco de duda.

Besé su cuello y volví a abrazarla.

—Que haré sin ti? —cuestioné y rodeó con sus brazos mi cuello.

—Es lo mismo que me pregunto todos los días —habló sobre mis labios— No vuelvas hacer eso, me lastimas —admitió e hice morritos con los labios.

—Te prometo que no lo haré de nuevo —entrelace nuestras manos.

La puerta sonó y antes de que Valentina salga de mis piernas, estiré una vez más de su cuello y la besé.

Ella se acercó a la puerta y sacó el seguro.

—Ya hablaste con Valen... —Duda entró sin fijarse que Valentina le abrió la puerta al rato se dio cuenta— No hablo de ti —se dirigió a Valentina y esta sonrió— Bueno sí hablo de ti, ya se arreglaron? —cuestionó y asentí— Dios gracias —tomó las manos de Valentina— He dormido cuatro días de seguido en casa de Luiza al fin podré tener de nuevo mi vida —festejó Duda y reí.

—Cállate —la mandé.

—Pero está en penitencia así que si quieres puedes seguir durmiendo con ella —respondió Valentina.

—Dime que hago para que vayas a su casa, es una tortura —rogó la morena— Por favor, me ha pedido que la abrace y es a mi quien siempre abrazan para dormir, ya no aguanto un día más.

—Tanto me odias? —cuestioné.

—No mi vida, yo te amo pero cuando estás celosa eres demasiado insoportable o sea tu no eres como Valentina, tú eres el mismo demonio encarnado —habló y negué con la cabeza.