The Loneliest |Valu|

Amor

Pov Luiza

SP - Br Lunes_13/Julio/2020

—Voy a volver en la mañana para verte un rato y luego iré al hospital —asentí.

Valentina tiene guardia en la noche, mis padres y Ofelia iban a cuidar de mi.

Leo estaba jugando en su habitación pero pidió dormir conmigo esta noche desde pequeño ha dormido en su habitación.

—Te voy a extrañar esta noche.

—Después de eso tendré un día completo para ti —besó mis labios y sonreí— Ni se te ocurra subir las escaleras —me amenazó.

—Hola —apareció mi madre en la puerta, se recostó por el marco de está— Ya te vas Valentina? —cuestionó y ella asintió.

—Volveré mañana —está vez se dirigió a mi madre.

—Entonces vamos a esperarte con algo rico para cenar —Valentina sonrió.

—Muchas gracias —agradeció— Permiso, voy a retirarme —asintió y la dejó pasar.

Mi madre cerró la puerta de la habitación y se recostó a mi lado.

—Parece una buena chica —comentó en lo que se ponía sus gafas para ver su celular.

—Mmm creeme que lo es —respondí encendiendo la televisión— Por cierto si hacen algo para la cena, Valentina es vegetariana.

Casi lo olvidaba y mi madre obviamente no lo iba a saber.

—Entonces Ofelia y yo vamos a improvisar —habló

Se abrió la puerta de la habitación y era mi padre.

—Están haciendo colecho sin mi? —cuestionó decepcionado y las dos reímos.

Los tres siempre nos reuníamos en la habitación de mis padres para estar juntos ya sea para hablar o ver televisión

—No, solo que Valentina se fue y no quería dejar sola a Lu.

—Hagan lugar —dijo mi padre llegando a la cama.

Me moví hacia mi madre y quedé en medio.

—Hace mucho tiempo no hacíamos esto —comentó mi madre dejando a un lado su celular.

—Nuestra bebé ya no es bebé —comentó papá y rodé los ojos.

Saben que odio que me llamen de esa forma, no me gusta en lo absoluto.

—Ves ahora hasta se molesta que la llamemos bebé y cuando estaba pequeña se enojaba si no la llamábamos así —empecé a reír.

—Mamá... —me quejé.

—

—Valen —Leo saltó en la cama y casi me mata del susto, yo seguía durmiendo.

—Ven aquí vamos a la cocina —escuché, abrí los ojos de inmediato— Oh, buenos días —me regalo una sonrisa.

—Hola —hablé un poco ronca, giré de nuevo con una de las almohadas y cerré los ojos.

—Ya no tienes sueño? —cuestionó a Leo— Tus abuelos están en la cocina.

—Quiero ir —pidió Leo.

Escuché la puerta abrirse y después cerrarse, escuchaba murmullos afuera pero tenía mucho sueño para despertar.

Luego de un rato se abrió la puerta y al cabo de segundos sus brazos me rodearon, besó mi mejilla y apartó un poco del cabello que caía sobre mi rostro.