Embuste

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Pov Valentina

SP-Br Viernes_03/Julio/2020

—Que sí mamá, que solo es un resfriado —negué con la cabeza— No quiero que traigas a Leo en la casa y Ofelia tampoco debe venir —Luiza estaba mintiendo y me molestaba— Sí la prueba salió negativa, es solo un resfriado pero mejor no exponer a Leo —movía las manos como si su madre la estuviera viendo— Si en cuanto me recuperé iré a buscarlo, solo serán unos días, está bien, te amo y a papá besos a mi bebé, chauu —cortó la llamada.

—Amor, por qué mientes? —cuestioné sentada a su lado.

—No quiero preocuparlos además prefiero que se queden cuidando de Leo a que vengan junto a mi —respondió.

—Pero deberían de saberlo —negué con la cabeza.

—Cuando me reponga de esta cosa voy a contarles —estaba en desacuerdo pero Luiza sabía cómo tratar con sus padres y yo no podía meterme en eso.

—Y a Duda se lo vas a decir? —negó con la cabeza.

—Cuando termine el aislamiento se los voy a decir, además van a saberlo de alguna u otra manera —respondió.

—Mientras bebe tú té, se va enfriar —apunté lo que había preparado para ella.

—Que es esto? Agua? —reí.

—Es un té amor, qué dices? —cuestioné

—No sabe absolutamnente a nada —aham, ya empezó con su ageusia, pérdida del gusto.

—Y no hueles el delicioso aroma qué tiene? —cuestioné y asintió.

—Un poco pero no lo que debería —siguió bebiendo el té— Amor, solo lo tomo porque te tomaste el hermoso y valioso tiempo de prepararlo porque de verdad que sabe a nada.

—Estás empezando a perder el gusto y el olfato —comenté mientras juntaba el cesto de ropa sucia.

Prohibimos venir a la chica de la limpieza y a Ofelia, tuve que entregar mi reposo de aislamiento por contacto estrecho con una persona que dio positivo así que estaría los quince días restantes con Luiza.

Como no presentaba síntomas y mi resultado de hisopado estaría en siete días estoy ayudando en los quehaceres del hogar.

El test rápido salió negativo por ende no estaba preocupada.

—Soy la peor novia, mira como te tengo —habló Luiza y reí.

—Mi amor no me molesta —negué con la cabeza— Además estoy pasando más tiempo contigo.

—Seguro estás deseando estar en el hospital o en la clínica —dijo y negué riendo.

—No estoy deseando nada —comenté en lo que saca el cesto de ropa sucia al pasillo para llevar a la lavandería— Quiero que reposes en lo que colocó esto en la lavadora —la apunté y asintió.

Desde ayer la fiebre estuvo como una montaña rusa, he tratado que Luiza no tome tantos medicamentos para no arruinar su hígado.

Ella dice que está mejor pero no lo veo tan verdadero, por eso la tengo bajo mi vista a cada rato.

Escuche vibrar mi teléfono y me acerque para atender, era Igor.

V: Hola?
I: Dónde estás? Te he buscado por todo el hospital.
V: Amm estoy en casa de Luiza, mini vacaciones.
I: Tienes la bendita suerte de haberte ligado a Luiza y no a otra persona.
V: Jaja que gracioso, que pasó?
I: No puedo saber como estás? Comer contigo?
V: Es que últimamente eso haces con Duda, por eso me parece raro
I: Chica, yo no tengo la culpa.
I: Shhh, sabes que Valentina es muy mimada.
V: Los oigo...
I: Entonces cuando vuelves o podemos ir a visitarlas.
V: Yo creo que será mejor que esperen un momento.
I: Por qué?
V: Porque queremos estar solas por un rato.
I: Está bien pero me debes dos almuerzos y una cena.
V: Que no trabajas Igor? Cuando estoy en el hospital no puedo tener el celular en la mano.
I: Te dije que hicieras algo fácil.
V: Saludos a Duda.
I: Te quiero hermanita.
V: Mmmhmm, sí.

Corté la llamada y fui a lavar las vajillas.

Tenía que mentir por culpa de Luiza, no me gustaba hacer eso pero no tardarían en enterarse, eso es obvio.

Subí las escaleras y fui hasta la habitación de Luiza, ella estaba profundamente dormida.

Caminé a la habitación de Leo y abrí las ventanas para que entre un poco de aire.

Probablemente si Leo estaba aquí íbamos a estar viendo una película, eso lo puedo asegurar.

Fui a la habitación de huéspedes y abrí las ventanas, me recosté un rato.

Me quedé dormida por cumpleto la fiebre de Luiza me tenía como loca entonces no estuve durmiendo bien ya que le tomaba la temperatura cada dos horas.

Fui hasta su cuarto y ella seguía durmiendo, era mucho tiempo durmiendo así que la moví un poco.

—Estás bien? —cuestioné y asintió.

Toqué su mejilla y de nuevo estaba hirviendo en fiebre.

—Mmm olvidé tomar mi medicamento —apuntó el paracetamol.

—Amor... —la iba a regañar.

—Tenía mucho sueño —se giró y bebió su medicina.

—No quieres darte una ducha? —negó con la cabeza.

—Prefiero estar aquí —tocó su cama.

Acaricié su cabello y lo acomodé a un costado.

Luiza estaba un poco pálida y eso me preocupaba bastante.

—No crees que es mejor ir al hospital o si quieres podemos ir al hospital privado —comenté y negó.

—Si voy a uno de esos lugares voy a empeorar —respondió.

—Luiza —la llamé por su nombre— Si esa fiebre no baja en las próximas veinticuatro horas te voy amarrar las manos y te voy a llevar al hospital, entendido? —sonrió.

—Eso de amarrarme las manos me tienta —bromeó y negué con la cabeza.

—Amor, estoy hablando en serio —no pude aguantar y también me reí.

—Ves? Sí es gracioso —se puso un paño frío sobre la cabeza.

—No tienes hambre? —cuestioné mirando la hora.

—Si pero tengo miedo a no sentir el sabor —buen punto.

—Igual puedes comer es solo para tener un poco más de nutrientes —asintió.

—Lo que tú quieras yo lo haré amor —la miré fijo— Pero solo para que no me lleves al hospital —sonrió.

—Me vas a matar, te lo prometo —dije saliendo de la habitación.

The Loneliest |Valu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora