The Loneliest |Valu|

Descanso

Pov Valentina

—Valentina —sentí una mano en el hombro— Valen despierta —me movieron de nuevo.

Levanté la vista y me encontré con Igor y mis padres, me limpié la cara ya que estaba empapada en lágrimas.

Miré alrededor y seguía sentada en la sala de espera.

—Hija? —mi padre se acercó y me alejé— Que sucedió? —negué con la cabeza, fue un sueño o verdaderamente me desmayé y me trajeron aquí?

Los dejé en la sala de espera y fui a la sala de Luiza, ella estaba ahí, seguía conectada a las máquinas, recosté mi cabeza por el marco de la puerta, suspiré hondo y seque las lágrimas que caían en mi mejilla.

—Tuviste una pesadilla? —cuestionó mi madre a mi lado y asentí— Me di cuenta por eso le pedí a Igor que te despierte.

—Gracias —agradecí, puso su mano en mi hombro y acarició.

Seguía en pánico ya qué me había asustado enormemente.

—Sabes algo de su estado actual? —negué con la cabeza.

—En la tarde estaba en shock —respondí, mi madre me abrazo y besó mi mejilla.

— Valentina no tenemos una buena relación pero sabes que te amo —asentí— Voy a ir a la sala con Igor y tú padre.

Abrí la puerta de la habitación e ingresé, caminé hasta su cama y me saqué la mascarilla y besé su frente.

Ella seguía aquí, solo fue una pesadilla.

—Claro que sí —entró el Dr Liam por la puerta— Ya salgo —dijo y se acercó a la cama— Estamos en buen camino —sonrió— El recuento de linfocitos está aumentando y sus glóbulos blancos van en descenso.

—Entonces mañana van a intentar sacarle el oxígeno? —cuestioné.

—Mira —me mostró la máquina— Ya hemos bajado al mínimo el ventilador y ella está saturando excelente además no queremos que pase tantos días intubada podría tener una estenosis traqueal.

—Está bien —respondí— Gracias —agradecí al Dr Liam, si yo no he descansado por estar al lado de Luiza, él mucho menos.

—Voy a llamar a su padre y vuelvo —asentí— Eres mis ojos en esta sala cuando no estoy —palmeó mi hombro y sonrió, le di una media sonrisa.

—Espero con ansias a que despiertes —susurre al oído a Luiza— Probablemente me escuches, nunca estuve en ese lugar —sonreí— Luiza, si yo que estoy aquí contigo te extraño cada instante imagina a Leo que no te ve hace tantos días —acaricié su frente y peine con mis dedos su cabello— Mi único deseo en estos momentos es que despiertes.

Entró o uno de los médicos y abrió una de las ampollas, lo miré.

—Es la última dosis de sedantes que vamos agregar antes que de sacarle el tuvo mañana —me explicó y asentí— Es tu novia? —cuestionó mientras colocaba el medicamento en la máquina y asentí— Esperemos que mañana a esta hora ya puedan estar hablando —hice una media sonrisa.

Es lo que estaba anhelando con todo el corazón en estos momentos.

Salió de nuevo y me quedé a solas con ella.

Tomé su mano entre las mías y la acaricié.

—Espero que mañana despiertes —besé su mano— Te estoy extrañando

—Todos lo hacemos —llegó Duda y me abrazo.

—Viste a Leo? —cuestioné y asintió.

—Casi no llego aquí, no me soltaba la mano —admitió y me sentí mal por él, también estaba pasando mal.