Cuidado

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Pov Valentina

SP-Br Lunes_11/05/2020

Al salir de mi guardia para dirigirme al hospital sentí un viento fresco pegarme directo en la cara, ayer estaba muriendo de calor ni me imagine que el clima iba a cambiar de esa manera.

No me había preparado para este clima así que probablemente iba a morir de hipotermia, además del cansancio.

Por suerte poco después de la media noche los pacientes dejaron de saturar la urgencia o yo despache muy rápido a todos, aún no entiendo como lo hice.

Ya no me alcanzaba el tiempo de volver a casa para recoger un abrigo así que mejor hice mi camino directo al hospital.

Estacione en el lugar 11B el cuál me pertenecía y me dispuse a bajar.

Me agache para recoger mi bolso y cuando salí del auto pegué un grito.

—Shhh, soy yo —susurró Luiza, tomando mis manos.

—Casi me matas de un infarto —admití, aún con los latidos del corazón super acelerados.

—Tus labios están azules - comentó, se fijo en lo que traía puesto— No trajiste algo para abrigarte? —negué con la cabeza— supongo que pensé bien, espera un rato —pidió y asentí.

Desapareció unos segundos y luego volvió con un abrigo en la mano.

—Cómo pensaste en esto? —cuestioné.

—Ayer te vi preparar tus cosas y no vi que cargaras un abrigo, así que pensé en traerlo por si no recordabas al salir de tu casa —me arropo con el abrigo— Y ahora ve adentro antes que terminesj congelada.

Caminamos juntas al ascensor.

Me abrazo durante un rato y en cuanto el ascensor se detuvo en el primer piso se separó de mi.

—Nos vemos en el almuerzo —asentí

Detuve con mi pie la puerta del ascensor

—Luiza —la llame y se giró— Gracias por preocuparte —apunté el abrigo.

—De nada —sonrió y fue directo a la oficina del director.

Yo debía de ir primero a la sala de Clínica Médica y luego debía de ir a ver las carpetas de mis pacientes de hematologia la Dra Mitch ya estaba al tanto de todo, así que no hacía falta que esté en la recorrida.

Llegué al ala de Clínica Médica y entre a leer carpeta por carpeta, me fijé en los signos vitales de cada paciente y los fui anotando en una hoja, en total tenía que tener sesenta y seis pacientes.

Y a penas iba por el décimo sexto, así que me sobraba cincuenta.

Podría pedir las carpetas y lo que han anotado las licenciadas y/o residentes pero siempre es mejor que uno se cerciore de sus pacientes para no caer en juegos sucios.

—Quién está a cargo de esta sala? —cuestioné y un Dr levantó la mano—Puedes acercarte -sugerí, a mi no me gustaba humillar a nadie frente a otros— Aquí —marque la hoja— Por qué suspendiste su nora?

—Porque mejoró PAM —me giré a la pantalla.

—Tú crees que eso es normal? —cuestioné viendo la pantalla— Menor a sesenta y cinco, es normal? —cuestione y negó— Entonces continúa con su nora hasta que se estabilice.

—Sí Dra —asintió y tomó el papel de indicaciones en sus manos.

—Hasta cuanto vas a esperar que suba para suspender la Nora? —cuestioné.

The Loneliest |Valu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora