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Amaro.

Estábamos con los cabros huebiando a empujarnos en uno de los pasillos del liceo, pensaran la hueá infantil, pero estábamos aburridos.

—Uhh mono culiao te fuiste en vola —escuché decir al Benja antes de que me empujara a la chucha, haciendo que chocara con alguien. Me di vuelta para ver a quien había botado y vi una mina sentada en el piso.

—Oh chucha, lo siento, no queríamos empujarte a ti, estábamos huebiando entre nosotros y no te vimos —dije mientras le estiraba mi mano para ayudarla a pararse. Ella solamente la ignoro y se paro, por su cara se notaba que estaba enojada.

—Tengan más cuidado para la otra, parecen simios culiaos jugando así, no van nada en primero básico —hablo ella con un noto pesado.

—De verdad lo siento amiga, no fue nuestra intención empujarte...

—No me digai amiga, ni siquiera te conozco y fíjense para la otra tontos culiao —dijo mientras avanzaba para irse. Yo se que tal vez pude estar enojada por botarla, pero tampoco era para que nos tratara así.

—Oh la hueona antipática, si fue un empujón no mas, dale mas color —dije molesto, escuche como detrás mío los cabros se reían por lo que acaba de decir.

—¿Que huea te pasa? Anda a huear a otro lado simio culiao —fue lo ultimo que dijo para después avanzar e irse, sentí como me paso empujar con su cuerpo.

—Antipática —murmure aunque creo que no logro escuchar, porque siguió caminando.

—Hermano se saco la conchetumare —escuche decir al Bastián mientras se cagaba de la risa, el Benja solo miraba extrañado por donde se había ido la mina. 

—Cállate culiao, por poco me pega —comente mientras volví a mirar por donde ella se había ido.

|•••|

Viernes.  

Ya habían pasados unas horas desde que el carrete empezó, la estaba pasando bien con los cabros,  el Benja no sabia a donde chucha se había ido, pero bueno siempre desaparece en los carretes. Iba camino al baño hasta que siento que choco con alguien haciendo que mi vaso se diera vuelta encima de esa persona.

—Uhh chucha de verdad perdón, no te vi hueon, es que esta todo escuro y ni cache que venias —explique.

—Tranquilo no te preocupes, se secara —iba avanzar para irse, pero le sujete el brazo delicadamente.

—¿Oye segura que estas bien? Es que igual quedaste mojada y te puedes enfermar, aparte de quedar pegajosa —pregunte.— Si quieres te puedo prestar alguna polera o polerón.

—No tranquilo, sigue disfrutando del carrete mejor me iré a mi casa.

—Pero enserio, déjame prestarte algo antes que te vallas, no creo que quieras irte así —le volví a decir, mientras apuntaba su polera.

—Bueno, préstame algo para poder irme —me contesto, agarre su mano para llevarla al segundo piso.

Entramos a mi pieza y me puse a buscar algo para prestarle. No sabia quien era ella, abajo no le pude ver bien su cara, pero su voz se me hacia un poco conocida.

—Toma, yo creo que este polerón te servirá.

—¿Estas seguro que lo puedo ocupar? O sea digo no se enojara el dueño de casa —dijo algo dudosa.

—No, no se enojara, tu ocúpalo tranquila —solté una risita.

—¿Cómo estas tan seguro? —la escuche preguntar, yo me había dado la vuelta para poder encender la luz.

—Porque yo soy el dueño de casa, así que ocúpalo tranquila —conteste mientras volvía a girar donde estaba ella y recién pude verla bien, por eso su voz se me hacía un poco conocida, era la antipática que bote.

—¿Otra vez tú? —preguntó con desagrado, era evidente que no estaba muy feliz de ver que era yo.

—La antipática que bote, creo que tenemos algo con chocar —me reí.

—No me da risa y toma, no necesito tu ropa, me iré así no más —me pasó el polerón, mientras se iba.

—Oye —le tome su brazo. —No seai orgullosa y ocupa el polerón, antes de que te enfermes.

—No gracias.

—Toma, póntelo y deja de ser cabra chica por algo que ya pasó —le dije mientras le pasaba el polerón.

—Por lo menos podrías salir un poco para ponérmelo —me pidió.

—Si si obvio, estaré a fuera cualquier cosa.

La estaba esperando a fuera de mi pieza, aunque ella no se demoró mucho en salir.

—Ehh gracias por el polerón, no hacía falta.

—Tranquila, es lo mínimo que que podía hacer por chocar contigo —explique.

—Bueno yo ya me voy, es tarde ya, el lunes te devuelvo tu polerón en el liceo.

—Tranqui, ocúpalo no más —le dije, a lo que ella no me respondió sólo se empezó a caminar hacia la escalera. —¿Oye antipática cual es tu nombre? —solté una risa.

—Deja de decirme así y llamo Sofía, no antipática. —me contestó molesta.

—Bueno Sofía dejó de decirte así ahora que se tu nombre —la verdad si me la volvía a topar le diría así nuevamente, solo para molestarla.

Ella no me contesto, solo siguió avanzando para bajar al primer piso. Mientras la veía bajar no pude evitar soltar una risa, es que hueón como puedo tener tanta mala cuea para volver a chocar con ella. Se me hacía divertida la situación aunque creo que a ella no le agrado verme, creo que no le caigo bien, pero bueno no la culpo si el otro día se saco la chucha la pobrecita y por culpa de nosotros, unos simios culiaos como nos dijo ella.

¿Otra vez tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora