Amaro.
Algo en mi me decía que no debía ir a su casa, que no debía cagarle el día, pero no saben las ganas que tenia de verla, de saber si la ha pasado bien. Así que de ahueonao camine hacia su casa, durante el camino me sentía nervioso y tenía ganas de arrepentirme, pero una vez que vi la bolsa de regalo en mi mano sabía a que lo que venía.
Esto tenía dos opciones, terminar piola o muy mal y estoy deseando que sea la primera, no quería cagarle el día, su día.
Ansioso comencé a jugar con mis manos, no sabía si tocar el timbre o si hablarle a ella. O tal vez debería irme, estaba por darme la vuelta, pero el sonido de la puerta abriéndose hizo que sobresaltara y me quedara en mi lugar.
—Entonces... ¿Que tomamos? —escuché la voz de la Sofi... ¿Era ella, queriendo tomar?
La vi y estaba dándome la espalda, mientras veía a los chiquillos. No podía descifrar las caras de cada uno, solo me miraban a mi y a la Sofi.
Y ahí fue cuando se giró, sentí ese momento lento, como de película la huea. Pero cuando sus ojos cruzaron con los míos, se formó una sonrisa inevitablemente.
Se veía tan linda como siempre, tenía unas pequeñas ondas por su pelo y se había maquillado, se notaba, sabía que no le gustaba mucho hacerlo, pero en realidad se veía muy linda.
Sabía que me veía hueon mirándola, pero no me resistía. La extrañaba tanto.
Escuché como la Fran le decía que se fueran mejor, sabía que lo hacía por el bien de la Sofi pero amiguita no me cagues la onda.
—Bueno, vamos —se giró hacia la Fran.
—Sofi, espera —la llame, no quería que se fuera, por lo menos sin antes de saludarla—. ¿Podemos hablar un poco?
Esta me miraba dudosa y presentía que en cualquier momento me mandaría a la chucha.
—Amaro no creo que sea buena idea, es su cumpleaños —hablo la Cami.—Está bien, no se preocupen.
Después de que la Sofia convenciera a las chiquillas que estaban bien se fueron con los cabros a comprar por lo que escuché.
Noté como ella aún mantenía la vista hacia ellos, como si quisiera evitarme. Pero yo no podía dejar de mirarla, que cuando se giró hacia mi me dio vergüenza.Agache la cabeza y me encontré con el regalo en mis manos.
—Feliz cumpleaños.
—Gracias... no tenías porque molestarte —la escuche decir y aunque su tono no era pesado, había algo distinto a antes.
—No te preocupes, lo tenia bueno... desde antes y debía dártelo.
Noté como me sonrió, pero no como siempre, sabía que estaba incómoda y por una parte yo también lo estaba, ese silencio que se formaba entre los dos. Y que ella no pudiera ni siquiera mantener la vista conmigo por unos segundos era frustrante.
Pero no quería irme, después de todo lo qué pasó por fin tenía una oportunidad para hablar con ella.
—¿Como has estado estado? —pregunté .
—Bien... ¿Y tu?
—Bien, supongo — menti—. ¿La has... pasado bien?
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¿Otra vez tú?
Romance[CHILENSIS] La Sofi choca un día con el mino más desordenado del liceo. Al cual, no le interesaba mucho sus notas y lo único que le importaba era andar hueando, pero cuando la conoce a ella, algo lo hace cambiar. ¿Qué pasará? ¿El podría enamorarse...