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Sofía.

Desperté como a las 10 de la mañana, me sentía un poco mejor aunque el dolor de cabeza aún no se iba, me cargaba estar enferma.

Tome mi celular para revisar los mensajes y tenía unos mensajes de la Fran preguntándome si podía venir a verme hoy día cuando saliera de clases a lo que le dije que viniera no más, también tenía unos mensajes del Mateo preguntándome cómo estaba. Deje el celular donde estaba y me tape hasta el cuello, me sentía un poco cansada así que me volví a dormir.

Siento que me mueven lentamente mientras me hablan, abrí mis ojos y pude ver que era mi mamá.

—Hija la Fran ya llego. —me dijo con mi amiga parada al lado suyo con una sonrisa. —Les traeré almuerzo.

Mi mamá salió de la pieza y lo primero que hizo la Fran fue tirarse sobre mi, para abrazarme.

—¿Como estas? Hoy día te extrañe mucho. —hizo un puchero. —Las clases sin ti no tienen sentido.

—Claro, porque sin mi tienes que escribir o si no nadie te pasará la materia.

—Que mentira mas grande es esa. —me dio un beso en la mejilla. —De verdad te extrañe mucho.

—Yo no, he dormido todo el día. —me senté aprovechando que ella se salió de arriba mío.

—Si me di cuenta, floja. —se sentó al frente mío. —¿Te sientes mejor?

—Si un poquito.

Sentí como mi mamá golpeó para que le abriéramos la puerta, venia con dos platos de fideos con salsa y dos vasos con jugo.

—Ooh tía que rico. —dijo la Fran mientras la ayudaba. —Mis favoritos.

—Por eso los hice. —le sonrió.

—La que está enferma acá soy yo, por si acaso. —dijo cruzándome de brazos.

—No te pongas celosa hija. —soltó una risa mi mamá mientras salía de la pieza.

—Igual me quiere más a mi. —murmuró mi amiga.

—Zorra.

—Gracias. —me tiro un beso.

Estábamos comiendo y conversando tranquilamente hasta que la Fran pega un salto, asustándome.

—Hueona casi se me olvida, tengo algo para ti. —agarro su mochila buscando algo en ella. —Toma.

Extendió su mano pasándome un chocolate, iba a llorar porque me traje algo rico.

—Aay gracias Fran.

—No es de parte mía, porque si hubiera sido de parte mía ya me lo hubiera comido. —volvió a comer fideos. —Es del Amaro.

—¿Del Amaro? —cuestione.

—Si, tiene una notita al otro lado. —dijo concentrada en su plato de comida.

Di vuelta el chocolate y ahí estaba la notita.

"Para que te sientas mejor antipática :)"

No pude evitar sonreír, pero al escuchar la voz de mi amiga se desvaneció de inmediato.

—Uuuh ¿Y esa sonrisa? —levantó sus cejas de forma coqueta.

—¿Cual sonrisa loca? Cállate un rato. —le tire una almohada, haber si con esto se calla un rato.

—¿Que onda tu con el Amaro? Caché que estuvo contigo ayer, cuando te fuiste.

—Nada. ¿Que va pasar? Solamente me ayudo porque me sentía muy mal ayer, solo eso. —explique.

¿Otra vez tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora