✧○ꊞ○ꊞ○ꊞ○ꊞ○ꊞ εɳ∂ℓεรร cყcℓε.. ○ꊞ○ꊞ○ꊞ○ꊞ○✧

1.9K 36 0
                                    



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


"Está bien, pero, prueba esto", Carlos te sonríe sosteniendo algo cerca de tu cara.

Frunces el ceño, riendo, pero abres la boca para aceptar con lo que literalmente te está alimentando. Con un murmullo bajo y contenido, abres los ojos como platos, tratando de no mirar sus labios o pensar en sus dedos mojados, los mismos dedos que rozaron ligeramente tus labios.

La mozzarella es mantecosa, la albahaca refresca el paladar y el tomate tibio lo envuelve todo con su jugo. Parte se escapa por la comisura de tu boca y corre por tu barbilla, pero Carlos se apresura a agarrar una servilleta y presionarla sobre tu piel.

Está demasiado cerca de ti, es demasiado gentil, con una mano en tu barbilla y la otra en tu cintura. Quieres decirle que no necesita sujetarte así, que no te escaparás de él.

"Entonces, ¿te gusta?" Carlos te sonríe, con una mano aún apoyada en tu cintura, casualmente.

"Hum, sí, está bueno, cariño", sonríes, lamiendo tu pulgar todavía cubierto de crema del pastel que estás preparando.

El gemido que escapa de los labios de Carlos te hace reír. Se olvida de que sus manos están mojadas por el tomate y el aceite de oliva y te agarra de la cintura, esta vez a propósito, aplastándote contra el mueble de la cocina.

A pesar de la delicadeza con la que mete una pierna entre tus muslos, sus labios sobre tu cuello no dejan nada a la imaginación. Él te quiere allí y ahora. Pasas tus dedos sucios por su cabello, alejándolo. Cuando inclinas la cabeza hacia atrás, apoyada en el gabinete de aire, Carlos tiene aún más piel expuesta para lamer y mordisquear.

Sabías que un vestido corto floreado haría magia en tu cocina nocturna. El sol besaba la piel de tus senos brillando bajo la luz dorada de la tarde y el calor que emanaba de tu cuerpo y el de él era suficiente para enviar destellos que encendían la excitación de Carlos, pero tú querías más.

Si tan solo supiera que llevas puesto el vestido y nada más, no estaría cocinando durante una hora más o menos antes de ponerte las manos encima.

Y mientras montas su muslo, sientes que te mojas más. La tela es áspera en tus labios, pero quieres más . En lo profundo de tu mente, desearías poder empapar sus pantalones cortos con tu jugo, hacer que se sienta orgulloso de lo mucho que lo deseas.

"Carlos", gimes con una sonrisa, cuando él agarra tu pecho con ambas manos, dándote un rudo masaje, besando la piel expuesta por encima del escote. Él gime, tirando de tu vestido hacia abajo, dejando al descubierto la marca del bronceado y los pezones duros.

Es difícil hablar mientras castiga uno de tus pezones, pero tienes que decirle-

"El Wellington", jadeas, cuando sus manos se mueven hacia el dobladillo de tu vestido. Empujas a Carlos y repites: "Carlos, el wellington".

One Shots ft. F1 Driver'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora