Los autos estaban listos para comenzar la carrera. Habían sido cuidadosamente revisados. Los pilotos se encontraban ansiosos pues esa era una carrera importante: se jugaría la final del campeonato mundial. El piloto del auto rojo se llamaba Charles...
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Lando se ríe al ver que su novia, por tercera vez en el día, empieza a llorar mientras ve vídeos de bebés.
"Cariño, quizá deberías ver otra cosa". Su tono es suave, tratando de ser cuidadoso a pesar de que ella nunca ha sido propensa a gritarle, ni siquiera cuando está con la regla.
Ella le hace un mohín, pero se guarda el teléfono y se limpia la cara con su jersey. "Pero, quiero uno". Se queja. "Quiero un bebé". Se queja.
Él la rodea con un brazo, atrayéndola hacia sí. "Puedes tener uno".
"Sí, dentro de diez años". Ella frunce el ceño.
Él da un respingo ante la idea, la espalda ya gime ante la idea de otros diez años de carreras, o al menos de carreras en Fórmula 1. "Diez años no. Más bien cinco. Puedes esperar cinco, ¿no?".
Ella se encoge de hombros, apoyando la cabeza en su pecho.
"¿Me prometes que no serán diez?" Susurra al cabo de un momento.
"Te lo prometo". Le dice él, apretándola fuerte. "De hecho en cuanto anuncie mi retirada o llegue mi última temporada podemos empezar a intentarlo, ¿de acuerdo?".
"De acuerdo".
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