Restez avec elle (5/5)

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El apartamento estaba en silencio cuando Charles entró corriendo. La ira seguía ardiendo en su interior. Parecía ser lo único que sentía estos días. Cólera ardiente y decepción ahogada.

Nunca estaba en paz, no había calma. El campeonato se le había escapado de las manos y no había nada que pudiera hacer para evitarlo. Ni siquiera era culpa suya, se había esforzado al máximo, había dedicado muchas horas, mucho cuidado, pero estaba fuera de su alcance. Ferrari era su sueño y ahora se sentía totalmente desesperanzado. Nunca había experimentado una angustia como ésta, ser defraudado por aquello por lo que había sacrificado toda su vida. Todo fue por Ferrari, todo, y ahora era un perdedor.

Era una mierda.

Charles tiró de su equipaje detrás de él. El descanso no podía llegar lo suficientemente pronto. Estaba cansado de estar en la carretera, sólo quería estar en casa. Quería estar en su cama, en sus brazos. Quería sentirse querido, cuidado.

Podía sentir el dolor en su espalda y sus piernas, sentarse quieto en un avión nunca fue su cosa favorita. La idea de dormir era tan maravillosamente atractiva. Cuando empezó a quitarse la ropa y a dejar sus cosas junto al sofá, oyó el suave repiqueteo de unos pies.

Charles no pudo contener el suspiro que salió de sus labios.

"¿Charles?" oyó. La luz del pasillo se encendió, y ella estaba allí, una sombra al principio, pero luego se acercó a él. Había una sonrisa en su rostro, una manta envuelta alrededor de sus hombros.

"Estás en casa", respiró.

Se acercó a ella, el cuerpo la llamaba, pero justo cuando lo hizo, se echó hacia atrás. La ira volvía a bullir en su interior.

Se quedó de pie, cruzado de brazos, negándose a mirarla: "Te dije que durmieras".

Ella le esperó.

Ella le esperaba y él ni siquiera podía mirarla.

Una parte de él se alegró de que lo hiciera. Verla era como un soplo de aire fresco, resurgía del oscuro océano de su miseria. Sólo con ver su cara se le encogía el corazón. Pero esos sentimientos estaban enterrados bajo su ira. Había vuelto a ella como un perdedor. Un fracasado.

¿Cómo podría enfrentarse a ella así?

"Me voy a la cama", dijo, pasando junto a ella.

"Charles", lo llamó, su voz lo hizo detenerse en seco, severa en su tono.

Cerró los ojos, un suspiro se escapó entre los dientes apretados. Estaba agotado, no podía hacer esto, no ahora. "Por favor".

"Por favor, yo... estoy cansado. Sólo quiero dormir. Mañana es un día muy ocupado, prueba en la fábrica, luego simulador -"

One Shots ft. F1 Driver'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora