Los autos estaban listos para comenzar la carrera. Habían sido cuidadosamente revisados. Los pilotos se encontraban ansiosos pues esa era una carrera importante: se jugaría la final del campeonato mundial. El piloto del auto rojo se llamaba Charles...
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Me doy la vuelta en la cama, me estiro y dejo escapar un gemido. Miro fijamente la mesita vacía a mi lado. Suspiro, dándome la vuelta y levantándome de la cama. Estaba cansada de despertarme sola. Cada día de los últimos once años ha sido lo mismo. O es alguna chica que he ligado en un bar o mi portátil con el que me he quedado dormido trabajando. Estaba tan cansado, tan frustrado.
He trabajado muy duro para el éxito de este equipo y últimamente siento que lo han tirado a la basura. Nuestros coches parecían carecer de velocidad en línea recta, habían sido víctimas de una cantidad insoportable de propuestas, una cantidad preocupante de resistencia, y Lewis quejándose de la separación de los frenos después de cada carrera (con razón) me estaba afectando.
Suena mi alarma, sobresaltándome. Genial Toto, piensa en el trabajo antes de llegar. Camino hacia el baño y me pongo la ducha. Será mejor que me prepare para el día.
Al salir de la ducha, me pongo unos chinos negros y una camiseta blanca abotonada de Mercedes. Me puse mis zapatillas Puma negras mientras mi asistente llamaba a mi puerta. La abrí antes de bajar con ella a desayunar.
No tardamos mucho en llegar a la pista. Era bueno estar de vuelta. Silverstone era uno de mis circuitos favoritos, y me encantaba que fuera la carrera de casa de mis pilotos. Pero era viernes, lo que significaba pruebas. No había tiempo para pensar en el hermoso entorno del circuito, sabiendo que la práctica de hoy podría empeorar mi estrés. Pensar en los entrenamientos me ponía ansioso.
Mi ayudante empieza a explicarme adónde tengo que ir en las próximas horas y cuando una chica con el pelo rizado pasó corriendo a nuestro lado. Ella golpeó mi hombro por accidente y se detuvo por un segundo. Me giré para mirarla. Llevaba una pequeña camiseta negra sin mangas, vaqueros azules y botas negras. «Lo siento Torger» dijo antes de salir corriendo gritando a Christian.
«De todos modos como iba diciendo después de la práctica uno tienes una reunión con Lewis». Continuo mi asistente. Miré hacia atrás tras la chica que ahora estaba abrazando a Christian. Obviamente sería una fan de RedBull, parecía que todo el mundo lo era hoy en día. Pero algo me impulsaba a querer conocerla.
Ponte las pilas, Toto.
suspiré, volviendo a lo que decía mi ayudante.
(...)
«El propósito era insoportable esta práctica. ¿Qué está pasando, Toto?» me preguntó Lewis.
«Ojalá lo supiera, Lewis. He investigado todo el papeleo sobre el coche, y parece que no pasa nada. «
«Bueno, si eso fuera cierto , no me estaría quejando. Simplemente no entiendo qué ha ido mal. Teníamos un coche competitivo el año pasado, ¿y ahora qué? Ni siquiera estamos delante de Ferrari. Ferrari Toto»
«¿Crees que no me he dado cuenta? Me desvelo cada noche tratando de entender qué salió mal. Y me mata saber que no te estoy dando un coche ganador del campeonato». Suspiro. «Lo siento, Lewis, ojalá supiera qué salió mal».
