Los autos estaban listos para comenzar la carrera. Habían sido cuidadosamente revisados. Los pilotos se encontraban ansiosos pues esa era una carrera importante: se jugaría la final del campeonato mundial. El piloto del auto rojo se llamaba Charles...
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Oscar se iba a desmayar. Ella estaba en todas partes. Paseando por el paddock con Lando; en el MCT, sentada en las reuniones y tomando notas tranquilamente; incluso en el club después de una carrera, bailando sobre Lando tan seductoramente. Siempre tan guapa y dulce, con vestidos de verano flotando alrededor de sus muslos como una visión. Como un ángel.
Quería arruinarla. ¿Cómo de guapa estaría de rodillas para él? Su ángel caído, con su polla metida en su garganta. Lágrimas cayendo por sus mejillas. ¿Suplicaría por ello? Casi podía oírla.
Y entonces pudo oírla. Sentado en la habitación del conductor, gemidos ahogados flotando a través de la pared de la habitación de Landos.
(...)
"Tómala, joder", gruñó Lando, mientras su teléfono tomaba fotos de T/N babeando sobre su polla. Sus caderas se movieron hacia adelante de nuevo y ella gimió alrededor de su longitud.
"Te encanta ser una putita, ¿eh?" Se burlaba, "Apuesto a que te encanta que alguien pueda escucharte. ¿Quieres que Osc oiga al vecino? Deberías ver cómo te mira, nena". Ella gimió de nuevo.
"Oh, ¿tú también lo quieres? Una polla no es suficiente para mi niña bonita"
T/n miraba a Lando pecaminosamente. Podía sentir su excitación goteando entre sus muslos. Asintió y le sacó la polla.
"Por favor" Su voz ronca, "por favor, quiero que me folles, quiero que los dos"
"Veamos qué piensa Oscar entonces, ¿eh? Mi linda niña consigue todo lo que quiere".
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