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Es el rubio alto y guapo con el que todas las mujeres e incluso algunos hombres están desesperados por estar

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Es el rubio alto y guapo con el que todas las mujeres e incluso algunos hombres están desesperados por estar. Está sentado en la barra, jugando distraídamente con la etiqueta de su cerveza y disfrutando viendo cómo todo el mundo intenta ligar con él. Se da cuenta de que es exactamente el tipo de persona que se deleita con la atención. El tipo de hombre que sabe que tiene buen aspecto y que suele salirse con la suya por ello. Aun así, eso no le impide acercarse a él, intentando ser la que capte toda su atención. Su elección de un vestido escotado con el dobladillo corto definitivamente ayuda, él no le quita los ojos de encima mientras ella se desliza en el asiento junto a él. Ella no suele hacer este tipo de cosas, coquetear descaradamente con un desconocido casi rogándole que la lleve a casa. Funciona, en poco tiempo él se inclina hacia ella: "¿Qué tal si nos vamos de aquí, preciosa?".

Le rodea la espalda con el brazo y la guía hacia la salida. La emoción de estar con un hombre al que ni siquiera conoce se apodera de ella y siente cómo se intensifica su excitación. Cuando salen al aire fresco, él tira de ella hacia el callejón que hay detrás del bar. Utilizando su fuerza superior, la empuja contra la pared antes de besarla acaloradamente. Como su estatura se eleva sobre ella, tiene que ponerse de puntillas para disfrutarlo plenamente. Agarrándose a sus musculosos brazos para estabilizarse, él desliza su lengua contra la de ella, luchando ambos por el dominio. Mueve las manos bajo su vestido, acariciando el interior de sus muslos y haciéndola gemir. Enreda las manos en su pelo y profundiza el beso antes de separarse, jadeante y sin aliento. Le pregunta: "¿Nos vamos de aquí?".

Él le dedica una sonrisa ladeada y le roza el centro con un dedo: "Podríamos. O podríamos seguir aquí". A ella le da un vuelco el corazón, la idea de estar con un hombre que apenas conoce en un lugar tan público la emociona. Le devuelve la sonrisa: "¿Por qué no?". En un abrir y cerrar de ojos, él la vuelve a apretar contra la pared y reanuda el beso, mucho más apasionado que antes. Moviendo ligeramente el cuerpo, ahora están protegidos de cualquier transeúnte. No pierde el tiempo, le aparta las bragas de encaje y le mete un dedo. Ella jadea de placer cuando él se lo mete hasta el fondo antes de añadir rápidamente otro. Él le sonríe: "Mejor no hagas ruido, *Liebling(cariño), a menos que quieras público". Continúa metiendo y sacando los dedos, impone un ritmo implacable y desea sentir cómo se deshace entre sus brazos. Todo su cuerpo tiembla de deseo, sus gemidos de necesidad se hacen más fuertes mientras suplica: "Por favor, más, no pares".

Él le susurra seductoramente al oído: "Voy a disfrutar haciendo que te corras". Ella suelta otro gemido estrangulado cuando él retira los dedos y le sube el vestido. Se desabrocha los vaqueros y se baja los calzoncillos lo justo para sacar su enorme polla. No puede apartar los ojos de él, es mucho más grande que cualquier otro amante que haya tenido. Le dedica otra sonrisa pícara mientras separa sus piernas con la otra mano. Se muerde el labio al verlo y el corazón le late con fuerza al pensar en lo bien que se sentirá cuando por fin esté dentro de ella. Él no necesita más estímulo, así que se acerca a su entrada y empuja suavemente hacia delante. Haciendo rodar sus caderas contra las de ella, penetra más profundamente con cada empujón. Ella siente una intensa mezcla de placer y dolor que aviva aún más su pasión por él. Cuando él empieza a moverse más deprisa, ella tiene que apoyar la cabeza en su cuello, usando su camisa para amortiguar los gemidos lascivos que salen de su boca.

Lleva las manos a su culo y la anima a rodearle la cintura con las piernas. El cambio de ángulo hace que la penetre con cada embestida. Apretada contra su pecho, siente su respiración agitada y cada gemido que emite vibra por todo su cuerpo hasta donde están unidos. Cada vez que se mueven juntos, siente lo grande y sólido que es dentro de ella. Lo único que sabe es lo mucho que lo desea, lo impaciente que está por tenerlo y que ella es la afortunada que va a experimentar su amor esta noche. Echa la cabeza hacia atrás y suelta otro gemido mientras él la penetra sin descanso. Al mirarlo ahora, es la primera vez en la noche que lo ve con un aspecto distinto al de la calma y el control. Tiene los labios hinchados, el pelo revuelto por haberle pasado los dedos por él y unos ojos azules vibrantes, más oscuros por el deseo.

Siente que cada parte de su cuerpo arde, cada caricia es eléctrica. Cuando él la agarra por el culo, levantándole aún más las piernas para penetrarla más profunda y rápidamente, sabe que no tardará en correrse. Arquea la espalda buscando aún más la gloriosa presión que necesita para liberarse. La expresión enrojecida de su rostro demuestra que él no está tan lejos de ella. Su respiración es irregular y basta con que él diga: "*Liebling (querida), ven por mí" para que ella pierda el control y grite su nombre mientras el orgasmo la recorre. Al verla desmoronarse, él hace lo mismo y ella siente el pulso de su polla, que la llena de su esperma.

Aún temblando por el orgasmo, la ayuda a levantarse, manteniéndola cerca. Le baja el vestido con cuidado, se mete la polla en los vaqueros y la abraza con fuerza. Ella se toma un momento para disfrutar de sus brazos, respirando su aroma. Su mente repasa los acontecimientos de esta noche y no tarda en empezar a reírse. Le besa suavemente la cabeza y le pregunta: "¿Qué te hace tanta gracia, *Schatzi(cariño)?". Ella le mira: "No puedo creer que me hayas convencido, Nico". Él se ríe y le dedica esa sonrisa pícara que tanto le gusta: "No he podido resistirme a satisfacer los deseos de mi preciosa novia". Siente cómo se ruboriza, no esperaba que Nico aceptara ser el desconocido de su fantasía sexual pública, pero se alegra de que lo haya hecho. Lo besa con ganas, antes de responder: "Por eso eres el mejor novio del mundo. ¿Qué tal si vamos a casa y empezamos con uno de los tuyos?". Cuando él la coge en brazos y se la iza al hombro ignorando sus gritos de risa antes de dirigirse a la salida del callejón, ella sabe que la respuesta es definitivamente sí.

 Cuando él la coge en brazos y se la iza al hombro ignorando sus gritos de risa antes de dirigirse a la salida del callejón, ella sabe que la respuesta es definitivamente sí

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One Shots ft. F1 Driver'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora