Los ojos de Tom viajaban por toda la autonomía de la rubia, quien bailaba mientras mantenía contacto visual con él. Lo tenía claro, le estaba tratando de provocar, y lo estaba consiguiendo.
De repente, Bill agarra su brazo y le dice algo al oído, asintiendo.
Sophia le ve alejarse con Bill, confusa. ¿A dónde estaría yendo?
Más tarde, habiéndolo buscado por toda la zona, unas luces se encienden, dejando ver a los cuatro chicos encima de una tarima casera, hecha con cualquier cosa que los pudiera mantener. Tenían sus instrumentos en mano y estaban colocados de manera que se les viese a todos, preparados para tocar.
Los ojos de Sophia se iluminan, la imagen de Tom en un escenario con gente vitoreándole y animándole mientras toca la guitarra se le hacía muy atractiva.
- Hola, somos Bill, Tom, Gustav y Georg y vamos a tocar una canción -decía Bill con cierto nerviosismo. Por lo que tenía entendido, era la primera vez que realmente se posicionaban frente a un público para cantar.
La gente les miraba confusos, dado que, a pesar de que todos sabían que los cuarto tocaban instrumentos, no imaginaban que cantasen y tuviesen una canción.
Segundos después, empieza a sonar la melodía de la única canción; Monsoon.
La habría escuchado muchas veces, teniendo en cuenta que la mayoría de veces que se ve con los chicos, acaban tocando la canción, pero aún así, no se cansaba.
La gente les observaba con atención. Bill cantando la canción y sintiendo cada frase, Tom concentrado, clavando su mirada en las notas, Gustav un poco más atrás y dándolo todo en la batería, junto a Georg, que levantaba la cabeza de vez en cuando para ver a la gente, que parecía estar disfrutándola.
Tom elevó su mirada y buscó a Sophia entre la gente, y cuando la encuentra, sonríe y le guiña el ojo, haciendo que la mayoría de chicas en el público suelten unos leves gritos. No las culpa, entendía que le quisieran.
Pero Tom era suyo.
Han acabado de tocar y la gente gritaba, aplaudía y silbaba feliz, congratulándolos por la canción, nadie esperaba aquello.
Tom baja del pequeño escenario y se dirige hacia Sophia, quien le recibe con un abrazo y un beso en los labios.
- Creo que tengo debilidad por los guitarristas -confiesa está en sus labios.
- Mientras sea solo uno, y sea yo, perfecto -reía este en los suyos- Todo tuyo.
Todo suyo.
- Aunque tengo otros talentos -añade Tom- No expresamente con la guitarra.
Aquello hizo que el cuerpo de Sophia necesitara más, porque ya había abierto una puerta que no se podía cerrar tan fácil.
- ¿Y por qué no me enseñas? -responde Sophia de manera seductora- Un pase a la zona VIP, Tom Kaulitz.
Tom veía las estrellas y aún no estaban haciendo nada. Gruñó y cogió la mano de esta, casi arrastrándola escaleras arriba y metiendo a ambos en su habitación.
Cierra la puerta tras ellos y esta jadea ante el ansía de sus movimientos. Tom no dice nada, solo coge a la rubia por sus piernas y las ata alrededor de su cintura, apoyando su espalda en la puerta, haciendo que ambas anatomías rocen.
Aquello hace que ambos giman, cerrando los ojos y apretando el agarre.
- Bájame -gruñe esta, haciendo que Tom la mire de forma confusa.
Sophia, con los ojos más oscuros que de normal, pone una mano en el pecho del de rastas, le hace andar hacia atrás y caer boca arriba en la cama, sin romper el contacto visual.
Esta se coloca encima, dejando a Tom con una vista más que agradable. Este muerte su labio inferior, Sophia le volvía loco.
La rubia comienza a quitarse la ropa, muy lentamente, para hacer que este pierda la paciencia. Lo estaba consiguiendo, ya que podía sentir como luchaba por desabrocharse los pantalones y liberarse de la tensión.
- Esta vez, he traído algo -susurra esta mientras alcanza algo en el bolsillo delantero de su falda.
Un condón.
- Quiero que acabes dentro de mi -le susurra al oído- Sin que a los 9 meses seamos padres.
Ambos ríen y continúan con la retirada de ropa. Sophia estaba desnuda de cintura para arriba y la luz que estaba justo encima de la rubia, hacía que las sombras crearan una imagen digna de adorar.
- Por favor, Soph -murmura Tom.
Esta le mira, bajándose de encima de él y tirando hacia abajo sus pantalones, junto a su ropa interior. Tom suspira en alivio, clavando su mirada en Sophia, quien estaba peligrosamente cerca de su miembro.
Tom no sabía qué venía después, no hasta que Sophia deja un beso en la punta, haciendo que una descarga de placer recorra todo el cuerpo del chico.
Sophia sonríe, sabiendo perfectamente lo que hacía. Acto seguido, saca su lengua y la pasa por toda la longitud. Tom tenia una mueca de asombro mezclado con placer.
Si Sophia no le había vuelto suficientemente loco, en ese momento termino de hacerlo.
- Ven -demanda Tom, pidiéndole que suba encima de su regazo de nuevo.
Esta se quita la falda, la ropa interior y queda desnuda de cuerpo entero, mientras que el de rastas aún tenía su camiseta puesta, pero no estorbaba.
La rubia, aún con el condón en la mano, lo abre con cuidado y lo posiciona en su miembro, dejándolo bajar con el puño. Aquello para Tom fue una descarga más, debido a toda la sensibilidad que había acumulado.
Volvía a estar sobre su regazo, ahora dispuesta a dejarse caer sobre Tom. Con su mano coloca el miembro en su centro y sin avisar, baja, dejando que la anatomía de Tom desaparezca en ella.
Lanzaban gemidos, solo que esta vez no eran tímidos. Sophia se movía con dureza y rapidez sobre el regazo de Tom, quien agarraba con fuerza la cadera de la chica para ayudarla a que se moviera con menos dificultad sobre él.
- ¡Más! -gritaba Sophia, intentando de alguna manera acelerar los movimientos.
El sonido de sus gritos estaba retumbando en la cabeza de Tom, quien no podía estar sintiendo más placer.
Tom intenta darle la vuelta para recuperar el control e incrementar la fuerza de las embestidas. Sophia entonces siente como sus ojos se van ligeramente hacia el cielo, apretando las sábanas del de rastas en sus pequeños puños.
Este sentía como iba a llegar a la cima, así que decidió bajar el ritmo pero fuese mas duro y conciso.
Sophia gritaba aún más, dejándole saber que ella se sentía igual. Unas cuantas embestidas más y Tom se había dejado caer sobre la rubia, aún en su interior.
Ambos respiraban agitadamente y lanzaron una risa.
- No te había oído gritar así -habla Tom, echándose a un lado- Me ha gustado.
- Cómo si hubiera podido evitarlo -carcajea- Ha sido demasiado intenso.
- ¿Te gusta entonces mi otro talento? -ríe Tom.
- Demasiado, ¿quizá me lo podías enseñar de nuevo? -preguntaba de forma coqueta Sophia, haciendo que este se sorprenda.
Nunca había segunda ronda, parece ser que esta noche se basaba en sorpresas.
Ambos sonríen mientras se vuelven a unir en un beso y Tom se coloca encima de ella, retomando lo que habían estado haciendo minutos antes.
Esto es lo que ambos querían para siempre.
Hola! igual se ha quedado un poco corto, pero aún no he comido ;( así que cuando termine sigo!
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FATE || Tom Kaulitz
RomanceLo que une el destino es tan fuerte que, tomes el camino que tomes y vivas lo que vivas, siempre te encontrarás con él de nuevo.