Los cinco se encontraban en el gran salón, preparando bebidas y comida para el partido, que empezaría dentro de 15 minutos escasos.
- Sigo pensando que es mala idea -habla Bill, haciendo que Sophia le mirase y negase con una sonrisa.
- Piensa en las fans, les va a encantar ver a cualquiera de vosotros en ropa interior -carcajea en voz baja y este rueda los ojos.
- ¿No es demasiado? -insiste, a lo que Sophia niega de nuevo.
- No seas aburrido -se queja esta- Además, son solo unos segundos, es para hacer más entretenido el partido, siempre nos aburrimos demasiado.
Era cierto. Georg, Gustav y Tom se tomaban muy en serio el fútbol y las victorias. Cada vez que perdían, estaban de mal humor hasta por lo menos pasadas un par de horas, en cambio, si ganaban, celebraban por todo lo alto, como si acabasen de descubrir un tesoro pirata con millones de euros. Era un extremo u otro, realmente.
- No podemos perder -habla Gustav- No quiero salir en calzoncillos a la calle.
- Ni yo -añade Georg- ¿Por qué has aceptado, Tom?
-este se encoge de hombros- Porque sé que no vamos a perder, el equipo lleva una buena racha y no ha perdido en un tiempo, estoy seguro de que vamos a ser nosotros los que se rían.
Gustav y Georg no las tenían todas con ellos, pero decidieron confiar en Tom, ya que era cierto, el equipo llevaba sin perder un tiempo y jugaban contra otro equipo que, siempre que se enfrentaban a ellos, perdían, así que, se sintieron más seguros.
El momento de la verdad se acercaba, el partido estaba a punto de empezar. Los cinco se sentaron en el gran sofá, algo nerviosos por el resultado final, pero seguros de sí mismos al mismo tiempo.
"And the match begins, i'm really excited, Manchester United versus Bayern of Munich, what a great scenario, this is going to be a memorable match, as it always is when these two beasts play on the same field"
La voz del comentarista retumbaba en sus oídos, haciéndoles estar un tanto más nerviosos.
- Podríamos no verlo y solo mirar el resultado después -comenta Bill, llevándose una mirada fulminante por parte de su hermano- Vale, no.
A medida que el partido avanzaba, Sophia sentía como su estómago se estrujaba más y empezaba a sudar de la nada, estaba tensa. ¿se estaba arrepintiendo? es posible. Era una gran apuesta, pero no estaba dispuesta a que Tom la viese flaquear, estaba segura de que iban a ganar la apuesta. Por otro lado, Bill podía sentir el sabor del vómito en sus labios, debido a los nervios, que iban en aumento.
De repente, un gol del equipo alemán. Georg, Gustav y Tom se impulsan del sofa y elevan sus brazos en el aire, gritando y vitoreando el nombre del jugador que había marcado el tanto. Bill y Sophia se miraron, aunque en la cara del pelinegro, podía distinguirse el pánico y la ira contra la rubia, a lo que esta respondió con una sonrisa culpable.
- Ve preparándote, preciosa, muchas personas van a ver lo que yo veo todas las noches antes de f.. -Bill le interrumpe, pegando un grito.
- No vamos a perder -espeta, levantando ambas manos- Aun queda tiempo.
Y eso era cierto, ya que, diez minutos después, el Manchester marca un tanto, dejando el marcador con la misma puntuación. Ahora eran Sophia y Bill quienes celebraban, dando pequeños saltos y juntando ambas manos, sintiéndose aliviados de que la balanza estaba equilibrada de nuevo.
Había pasado la primera parte, estando cerca del tiempo de descuento, que eran cerca de diez minutos extra. El marcador seguía empate, con un gol cada equipo. Para que pudieran ganar o perder, uno de los equipos tendría que marcar uno más antes de que este tiempo acabe. Sophia notaba sus manos sudar ligeramente, Bill ni siquiera podía mirar, Tom tenía sus ojos clavados en la pantalla y tanto Gustav como Georg, habían bebido su peso en cerveza, para amortiguar la vergüenza si perdían, aunque confiaban en su equipo.
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FATE || Tom Kaulitz
RomanceLo que une el destino es tan fuerte que, tomes el camino que tomes y vivas lo que vivas, siempre te encontrarás con él de nuevo.