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Eran los últimos días en Alemania, antes de volver de nuevo a Estados Unidos a componer y preparar el tour, lo cual era mucho más complejo que cerrar fechas.

Sophia estaba echada en la cama, dejando que los chicos jugasen a videojuegos a los pies de esta, ya que en la habitación de Tom, había una pequeña televisión y su vieja consola. Estaban entretenidos, riendo y compitiendo, evidentemente junto a un enfadado Bill, que no conseguía ninguna victoria contra su hermano. A ella no le entusiasmaban los videojuegos, aunque alguna que otra vez, escogía jugar. Prefirió relajarse a un lado de los chicos, aprovechando para escribir. Sophia, desde pronto en su adolescencia, adoraba escribir. No poesía, ni mucho menos, simplemente le agradaba la idea de plasmar sus pensamientos en una hoja, haciéndolo real. Tom era consciente, aunque no le prestaba atención, ya que esta era muy privada con aquella libreta y no dejaba que siquiera su pareja viese qué había en su interior.

"He stares, squinting through the sunshine
There's a tear in the sky
And it bleeds red and it burns right

All night
I ride the wave along that takes me
Right through the door of my sanity

I feel the rush, rush
Without your touch, touch
Washing over me
I feel so much, much
Without your touch
There's something wrong with me"

Todo fluía para Sophia en aquel instante, sin darse cuenta de que la letra hablaba de Tom, de su historia, que había dejado en ella un rastro de amargura, al mismo tiempo que el amor más puro que había sentido. Un corazón contento, o uno triste, es lo que más inspira en el mundo.

Este le lanzaba miradas a veces, sonriéndole y haciendo que ella le devuelva el gesto. Sentían paz de estar en su ciudad natal, donde se conocieron, disfrutando de un hábito tan simple como jugar con amigos a videojuegos, o hablar de cualquier tema. El dinero, la fama y la música no importaba en esos momentos. Volvían a tener 17 años en la gran ciudad alemana, junto a Sophia.

Esta reanudó la escritura, olvidando dónde estaba y con quien, solo centrada en las palabras que salían de su pecho.

- Eh, Soph -habla Gustav, sacándola de su trance- ¿Una partida? -le pregunta, elevando el mando con una mano, queriendo que juegue con él.

- Sabes que te voy a destrozar -carcajea esta, gateando hasta el final de la cama y sentándose junto a ellos, dejando accidentalmente abierto el pequeño cuaderno.

- Baja de las nubes -comenta Georg, divertido- Gustav ha mejorado mucho.

- Mi nivel no está cerca del vuestro, por eso no juego apenas con vosotros, no sois rivales -responde desafiante Sophia, cogiendo el mando con un aires de confianza.

Tom, que les miraba con una sonrisa, se percata del cuaderno abierto cerca suya. Mira a Sophia, quien estaba distraída y no se había dado cuenta de ello, por lo que Tom coge el cuaderno y procede a leer la ultima intervención. ¿Era un poema? ¿Una canción? Una palabra en mayúscula, subrayada en la parte superior de la hoja; Him.

Elevó una ceja a medida que leía, pero se quedó atónito con la elección de palabras, como era suave, pero duro. Rápidamente pensó en como sería ponerle melodía, creando una canción. Quiso decírselo, ya que aquellos versos tenían mucho talento, pero eso suponía confesar que le había echado un vistazo a su cuaderno, y no quería comprobar cuál era la reacción. Cerró la libreta y la dejó donde estaba, sin que Sophia aún se diese cuenta.

Poco rato después, los hermanos habían salido de la habitación, dirigiéndose a la cocina a por algo de picar. Tom aprovechó ese momento para comentarle a su hermano lo que había leído, todavía sorprendido.

- He leído algo del cuaderno de Sophia -confiesa Tom, llamando la atención de Bill al instante, quien también conocía lo prohibido que tenían leer lo que había dentro.

- Eres hombre muerto si Sophia se entera, te hará pasar otros cuatro años solo -contests Bill, notando una mirada fulminante por parte de su hermano- Too far -sonríe cínicamente- De todas formas, ¿qué has visto?

- Oh, ¿te interesa? -pregunta Tom, con tono sarcástico, a lo que Bill rueda los ojos.

- Ya que has podido leer algo, sí, me muero por saber qué escribe -suspira.

- Creo que es una canción -concluye Tom, dejando a Bill sorprendido- No estoy seguro, pero podría serlo, tiene potencial.

- Déjame adivinar, es sobre ti -carcajea Bill, a lo que su hermano asiente pesadamente- Es una joven Taylor Swift.

- Lo que quiero decir es, podríamos decírselo y.. -antes de que pudiera continuar, el pelinegro le interrumpe.

- Tom, Sophia detesta que nos metamos en sus cosas, no le va a sentar bien saber que hemos, más bien has leído lo que hay dentro y encima que quieras hacerlo una canción -advierte Bill- Entiendo lo que dices, pero creo que deberías dejarlo estar.

- No he leído las cien páginas previas -se quejaba Tom, levantando los brazos en el aire- Y tiene mucho talento, podría ayudarnos a escribir nuestras canciones.

- No es una mala idea, Tom, pero no sé -suspira Bill, cogiendo un tarro de galletas caseras y subiendo de nuevo a la planta de arriba, dejando a su hermano solo y pensativo.

Un par de horas después, cuando Gustav y Georg se habían ido, Sophia decidió quedarse un rato más, en lo que Bill se duchaba, para tener un poco de tiempo a solas con Tom. Este, que no era capaz de olvidar lo que había leído, decidió ser sincero, ¿qué mejor no?

- He leído tu cuaderno -espetó. Ya era la segunda vez que confesaba de esa manera tan abrupta y hasta ahora, no había habido buenas reacciones.

- ¿Qué? -exclama Sophia, quedándose anclada en su sitio, mirándole- ¿Lo has leído? ¿Por qué?

- Estaba abierto y.. Lo siento -susurra, cabizbajo- No era mi intención, pero es increíble -explica Tom, intentando suavizar el ambiente- "Him" es, sinceramente, sensacional. Podría ser una canción increíble.

Sophia tenía una expresión de disgusto, al mismo tiempo que seguía sorprendida por lo que había escuchado. ¿Talento? ¿Canción?

- Tom, no sé lo que es -explica, con tono bajo- Mucho menos pensé en canciones.

La rubia ahora estaba sentada al borde de la cama, sintiendo mil cosas en ese momento. Le había molestado que Tom leyese sin su permiso, pero a fin de cuentas, ¿qué más da? Se lo había contado, y le hizo sentir mínimamente bien saber que Tom pensaba que podía ser algo como una canción.

- ¿Podríamos llevarlo al estudio? -pregunta, mirándola con duda, pero fé.

- Supongo que no sería mala idea, pero puedes preguntarme primero si puedes echarle un vistazo a mi cuaderno -comenta esta, ahora sonriendo- Te diría que sí, dependiendo.

- Pensaba que eso estaba tajantemente prohibido -eleva una ceja el pelinegro, acercándose a ella- ¿Cómo es eso?

- Haré una excepción, solo esta vez -responde divertida, acabando con la distancia entre ambos, dándose un tierno beso, en lo que entra Bill.

- Espero que no esté interrumpiendo nada -comenta, a lo que ríen los dos.

- No -sonríe Tom- Llevaremos "Him" al estudio. Sophia nos ha dado su bendición.

- Eso es genial -exclama Bill, acercándose a Sophia abrazándola- ¡Gracias! ¡Va a ser un éxito!

¿Quería que lo fuese? No quería ilusionarse, porque no era compositora. De hecho, no tenía ni idea de componer canciones y rimar, mucho menos cuadrar con una melodía, ¿en qué se había metido?















Hola! este fin de semana vuelvo a estar fuera, pero intentaré actualizar cuando tenga tiempo! espero que os guste 💋 es más corto, pero habrá más largos.

FATE || Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora