Tom y Sophia estaban en la cama de este, ella echada sobre su pecho y Tom acariciando su media melena.
- Me alegro de que Bill se lo haya tomado bien, a pesar de no haberle dicho nada antes -rompe el silencio Tom, alegre.
- Yo también -sonríe ahora Sophia- Ya no aguantaba más.
- Sobre todo cuando nos lo contamos todo. Fue él quien me animó para ir a tu casa y hablar contigo, yo ni sabía cómo manejar la situación -confesaba Tom, sacándole una risa a esta.
- Ahora no tendré que disimular delante de nadie -susurra ella a poca distancia de su boca- porque me lo pones difícil.
- Tú eres quien lo pone difícil -dice Tom elevando las cejas y sonriendo de lado- Sobre todo con esos pantalones que llevabas hoy.
Sophia ríe descontrolada. Le gustaba la idea de que Tom le mirase así, con intenciones. Había cogido mucha confianza en el ámbito sexual.
Se unen en un beso, Tom agarrando las mejillas de la rubia y acercándola cada vez más a él por la cintura.
- Te habría hecho mía en ese mismo momento -susurra Tom, haciendo que un escalofrío recorriese la espalda de Sophia.
No hizo falta mucho más para que esta se deslizase encima del de rastas y comenzase un beso hambriento, con segundas intenciones. Tom coloca sus manos en sus caderas y las pasea libremente, lanzando descargas de placer por todo el cuerpo de la rubia.
El miembro de Tom empezaba a reclamar atención, cosa que podía sentir Sophia, ya que estaba sentada justo encima.
Ambos tenían poca ropa, solo lo justo para cubrirse lo íntimo, por lo que el roce era mucho más placentero para ambos y lo hacía más fácil.
Tom comenzó a mecer a Sophia encima de él sobre su miembro. Lanza la cabeza hacia atrás y entreabre la boca para gemir en tono bajo, no quería que nadie entrase y les viese.
- Joder, Tom -gruñe la rubia, poniendo sus manos en el pecho de este, clavando sus uñas ligeramente.
El de rastas empezó a perder la cordura a nivel que el roce era más fuerte, más rápido. Juraría que podría llegar a la cima solo con eso.
Oh, el efecto que tenía Sophia sobre él.
Esta se levanta de encima suya, con dificultad por el placer que le estaba proporcionando el roce. Coloca sus manos en el borde de los calzoncillos de Tom y los baja lo justo para que su miembro pudiera salir. Este vigila sus movimientos, agradeciéndolo. Sophia retira su ropa interior y vuelve a colocarse encima de Tom, disfrutando hasta del más mínimo roce con su cuerpo.
Tom la mira fijamente y esta asiente, dándole permiso. Este coge su miembro y tras masajearlo unos instantes, lo coloca y eleva las caderas ligeramente, dejándose a sí mismo entrar en ella.
Lanza la cabeza hacía atrás de nuevo y Sophia aprieta los ojos una vez cerrados, asimilando el placer.
Las manos de Tom ahora estaban en su trasero, ayudándola a realizar los movimientos. Esta comienza a mover su cadera en varias direcciones, dejando que entre y salga.
El único sonido que podía escucharse es el del choque entre cuerpos, además de algunos gemidos que no podían contener.
Era la postura favorita de Sophia. Así podía sentir a Tom de forma completa y disfrutar de todo el placer posible.
Los movimientos empezaron a hacerse más bruscos y más rápidos. Las piernas empezaron a doler, pero Sophia lo ignoró intentando acelerar aún más el ritmo, bastante cerca de acabar.
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FATE || Tom Kaulitz
RomanceLo que une el destino es tan fuerte que, tomes el camino que tomes y vivas lo que vivas, siempre te encontrarás con él de nuevo.