Las visitas en el vídeo tenían cada vez más visitas y más comentarios, estando a la altura de 30 mil visitas en cuestión de 2 días.
Los chicos estaban muy emocionados, mencionándolo cada oportunidad que tenían, y Sophia no les culpaba, era quizá, lo más importante de sus vidas.
Había llegado al punto, de que ya habían sido reconocidos por la calle, principalmente por chicas y les habían pedido autógrafos.
Tom no sabia cómo digerir todo esto, ya que hasta hace un par de días, le conocían en su casa.
A Sophia la distinguían, quizá un poco menos, pero ser la novia de Tom la había convertido en esta chica envidiada que rompía los sueños de las chicas alemanas.
Lo único que no le hacía gracia a la rubia era que, de tanta atención que llamaba Tom en algunas situaciones, chicas le habían pedido autógrafos en el pecho.
Este se lo tomaba con humor, ya que realmente solo le importaba Sophia.
- Es la primera vez que firmo en un abdomen -hablaba Bill con una sonrisa- Y otras partes.
- Las chicas están locas -añadía Georg- Pero es algo a lo que me puedo acostumbrar.
- Yo también -opina Tom, pasando su brazo por detrás de Sophia- Sobre todo porque cantan la canción.
Monsoon se había convertido en una especie de himno joven en la ciudad de Berlín. A medida que pasaba el día, había más reproducciones.
Sophia pensaba, era cuestión de tiempo que alguien llamase la atención de los chicos y subiesen un escalón más hacia el reconocimiento público.
También le daba cierto miedo, ¿y si los chicos realmente se volvían famosos y no querían saber nada más de ella? ¿y si simplemente se olvidan?
Prefería no pensar eso, ya que le hacía no disfrutar de la euforia que sentían sus amigos.
- Veo tus pensamientos -le susurraba Tom, quien ahora la miraba- Sabes que eso no va a pasar.
Le leyó la mente y esta no pudo evitar sonreír débilmente, además de seguir pensando que era una posibilidad. No podía estar tan seguro de algo hasta que lo tuviera de frente.
- Coge tu guitarra -demanda Georg, mirando a Sophia- Vamos a practicar.
Llevaban unos días intentando que la rubia tuviera cierta soltura con la guitarra y aprendiese algunas notas.
Tom la miraba con orgullo mientras se colgaba la guitarra en el hombro izquierdo, posando sus delicadas manos en las cuerdas. Podía verse reflejado en ella.
Este se posicionó a su lado y le pidió que imitase sus movimientos, lo cual hacía, pero con torpeza y lentitud. Tocar la guitarra no era trabajo fácil, debías ser ágil y conocer bien todas las partes para ir rápido.
Sophia miraba las manos de Tom deslizarse por todo el largo de la guitarra, sin darle tiempo a fijarse bien en la nota o la posición de los dedos.
- Esto es imposible -suspiraba desesperada la rubia, poniendo una expresión de fastidio- Nunca voy a poder hacer eso.
- Claro que sí, pero lleva mucho tiempo -ríe Tom- Y ahí estaremos para enseñarte.
- ¿Durante los próximos díez años? -elevaba esta una ceja, sonriendo.
- Hasta en nuestra boda -bromeó el de rastas.
- ¡Boda! -gritó Bill- No sabía que sabías que existía esa palabra.
ESTÁS LEYENDO
FATE || Tom Kaulitz
RomanceLo que une el destino es tan fuerte que, tomes el camino que tomes y vivas lo que vivas, siempre te encontrarás con él de nuevo.