- So, there is a mysterious girl that we've been told about! -exclama la entrevistadora- Guys, tell me, ¿who is this girl that stole Tom Kaulitz's heart?
Bill, quien suele ser el que más habla, junto a Tom, en las entrevistas, fue el primero en alzar el micrófono y contestar por él.
- She's just a close friend from our motherland that we decided to bring with us on tour -explica Bill con un tono serio- She's not dating anyone.
- She was really scared of the fuss, you know -interviene Tom- It was her first encounter with cameras and fans, she wanted me to hold her hand.
- ¡But you looked so good together! -comenta la entrevistadora con una sonrisa- And she is incredibly pretty, german beauty, ¿eh?
-Tom sonríe- Yeah, she's pretty but we don't see us dating, never have -carcajea falsamente el de rastas.
- I don't think that's true, Tom -este frunce el ceño, mientras esta se reubica en su asiento- ¿What about what you guys had before Tokio Hotel?
Los ojos de Bill, Gustav y Georg se expanden como si hubiesen visto algo increíble, y es que estaban muy sorprendidos, ¿cómo podía saber eso?
- We had a fling then but we were kids, it's been four years, we've been with other people and.. it's just friends now -sonríe Tom, manejando los nervios como podía.
- As much as we love here, she's just our biggest support and best friend, she was just scared of this world and people's reaction -interviene Gustav- She doesn't wanna be someone's girl and be known for that.
- She's a really strong minded girl -carcajea Bill- Very special for the four of us, as we met her way before, the first fan ever -comenta con una sonrisa.
- That's really cute guys -sonríe la entrevistadora- But Tom -este levanta su mirada- ¿Are you planning on settling down? ¿or are you gonna be a man of the ladies forever?
- I guess we'll see -sonríe.
La entrevista continuó con normalidad, preguntando por su éxito, su gira y sus vidas privadas. Tom pudo sentirse mucho más relajado una vez que habían dejado de hablar de Sophia, cuyo nombre prefirieron no dar, a pesar de que mucha gente ya lo conocía.
Esta estaba en su habitación del hotel, junto a Pumba, quien no paraba de jugar con el pequeño juguete que Bill le había comprado.
- Qué aburrimiento -exclama esta, dejándose caer en la gran cama- Me encantaría salir, pero seguramente me acaben secuestrando -comenta para sí misma entre risas.
Pumba no hacía mucho caso, ya que toda su atención estaba en el juguete.
- Echo de menos a Tom -añade, mirando al techo- Lo de antes.. -de repente gruñe, frustrada- ¿Estuvo bien? ¿Y si no nos hubieran interrumpido? ¿Lo habríamos hecho?
Ahora se había levantado, empezando a dar vueltas por la habitación, hecha un completo lío. Se había dejado llevar tanto que estuvo a punto de tener sexo con Tom, y eso que no se habían besado aún. No podía mentir, aquello sólo hacia más interesante e intenso el sexo, pero no tenía sentido que sucediera. ¿Iban demasiado rápido? No sabía que pensar, era todo una cuestión de lógica y sentimientos, dos cosas que no van de la mano.
Tenía que admitir que había echado de menos la intimidad con Tom, no había queja y satisfacía bien sus necesidades, aunque le irritaba un poco el hecho de que haya estado con tantas chicas en su ausencia. No se entendía, no tenia derecho a enfadarse con él por eso. No estaban juntos, ella podría haber hecho lo mismo, pero no lo hizo, no por guardarle respeto a Tom, sino porque no quería saber nada de un hombre hasta que volviese a ser virgen.
Miró la hora, dándose cuenta de que era cuestión de minutos que los chicos volvieran al hotel, como le habían avisado. Eso le ilusionó, porque a pesar de todo, no podía estar encerrada en el hotel todo el tiempo que estuviese en Nueva York, quería salir y hacer turismo, ya que no había estado jamás.
Empezó a vestirse y a ponerse algo de maquillaje, dispuesta a salir por esa puerta en cuanto estos estuvieran en el recibidor.
- ¡Soph! -exclama Georg, viendo como la rubia se dirigía hacia ellos, con Pumba en brazos.
- ¡Pumba! -exclama Bill, cogiéndolo en brazos y dándole pequeños besos por la zona de la cabeza- ¿Te has portado bien?
- Exceptuando la vez que casi se come mi ropa interior -carcajea esta- Todo bien.
-Tom tenía sus ojos en ella, algo curioso al verla preparada para salir- ¿Vas a algún sitio?
- Vamos -le corrige- Quiero ver Nueva York, no puedo estar aquí encerrada solo para que no me reconozcan.
Los chicos no habían pensado en aquel detalle, puesto que no era justo hacerle coger un avión, estar más de doce horas dentro para no salir de una habitación de hotel. Asintieron y decidieron dar media vuelta, dirigiéndose al coche que había aparcado en la puerta, ya que Bill había avisado de que volvían a salir.
Las cámaras estaban preparadas para capturar lo mejor del grupo, pero esta vez, Sophia no pretendía esconderse de los flashes y de los seguidores. Esta vez, salió la primera, dejando al grupo aún dentro del hotel con una expresión de sorpresa. La gente le gritaba, buscando que revelase su identidad y que dijera si era verdad o no que estaba con Tom Kaulitz. Esta simplemente anduvo en línea recta y desapareció una vez que entró en el coche. Segundos más tarde, se unió Tom junto a los demás, arrancando y dirigiéndose a Central Park.
Las vistas de la ciudad eran algo que solo se veían en un sitio, y era allí. Ojalá las circunstancias fuesen otras, pero se conformaba con ver al menos un pedazo de la ciudad.
- No esperábamos que hicieses eso -carcajea Tom- La gente se ha quedado muda.
- Cuanto más miedo tenga de las cámaras, más titulares ridículos saldrán -explica- Actuaré como lo que soy, vuestra amiga.
-Tom elevó su ceja, reprimiendo una sonrisa- Claro, Sophia.
Esta sabía por donde iba el de rastas, pero solo sonrió y negó con la cabeza. Pocos minutos después, ya estaban en Central Park. Sophia no pudo evitar echar su cabeza hacia arriba y abrir ligeramente la boca en sorpresa. Los árboles median mucho más de lo que ella pensaba, y mirases lo lejos que mirases, el parque no se acababa.
A su lado, varias ardillas corrían en dirección a un árbol, trepando por este a mucha velocidad, escondiéndose al final.
- Esto es increíble -susurra Sophia- Es precioso.
Tom la miraba con cariño. Ojalá pudiera enseñarle todas las ciudades del mundo, con tal de verla así de feliz y entusiasmada. No se dio cuenta del trance en el que estaba hasta que notó el golpe que Georg le había dado.
- Tierra llamando a Tom -carcajea, negando- Si la miras un poco más, la gastas.
- No estaba embobado -se queja, sobándose el brazo.
Sí lo estaba.
Esta llevaba el pelo suelto, dejando que el viento lo peinase, topando a veces con su cara, haciendo que tuviera que quitárselo con los dedos. Su piel tersa y blanca, junto a sus ojos marrones y su nariz respingona. Esta se gira a mirarle, dejando una pequeña sonrisa. Ambos se sonreían, sintiendo mil cosas con solo aquel gesto.
- ¡Me ha cagado una paloma! -grita Bill- ¡Qué asco!
Aquello les saca de su trance, haciéndolos estallar en risas mientras se agachan en el suelo, intentando controlarse, mientras que Bill les mira fulminante.
- ¡Ayudadme! -gritaba, sosteniendo su chaqueta con los dedos- ¡Huele muy mal!
Siguieron riendo, mientras se incorporaron para ayudarle.
Así empezó una tarde en Central Park para el grupo.
Hola! Es un capítulo corto, pero tengo el tiempo justo esta mañana! luego subiré uno más largo para compensarlo! Disfrutad ❤️🩹
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FATE || Tom Kaulitz
RomanceLo que une el destino es tan fuerte que, tomes el camino que tomes y vivas lo que vivas, siempre te encontrarás con él de nuevo.