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El ambiente estaba algo raro, ya que ninguno de los dos se hablaba, pero Sophia necesitaba pensar y ordenar sus pensamientos. Había estado indagando en su interior, intentando darle respuesta a la principal pregunta que seguía surgiendo; ¿Por qué reacciona así?

Llegó a entender que, tras todo el amor que llegó a sentir una vez, hubo una gran despedida, un corte en seco con la persona a la que más quería y había querido nunca. No supo que hacer con todo eso, no supo gestionar ese amor, rencor y hasta odio que sintió cuando este se fue. Se transformó en este sentimiento, en el que amaba a Tom, pero sentía miedo y sentía ira cuando este no estaba junto a ella. Era insano.

Tom, por otro lado, le dio espacio y se mantuvo a la espera. Recordó las palabras de Sophia, queriendo dejar atrás por lo que pasaron y construir un futuro nuevo, sin que nada fuese salpicado por lo anterior, pero, ¿era tan fácil ignorar eso? Nada era tan sencillo como eso, todo tenía un proceso, un camino que seguir. Sophia estaba pasando por ese proceso, los recuerdos que quedan y lo que tu mente creó para gestionar ese dolor. No podía culparla, por mucho que fuese producto de su imaginación y le afectase, porque era un hecho, el no estar bien con ella, le afectaba. Quería risas y sonrisas todos los días, besos de buenos días y buenas noches, pero para tener eso, debía haber días en los que no los haya, donde lloren y sufran. El amor era más complicado de lo que la gente pinta en las películas y los libros, y ellos ya conocían la verdadera versión.

Sophia sentía por Tom el amor más sincero y más verdadero que había sentido jamás. Sentada en su cama, era consciente. Lo amaba, y no había vida en la que no fuese así. Es complicado, no siempre, pero lo es y es cuando, a pesar de que se complique, debes seguir escogiendo continuar. Lo fácil era abandonar, ¿o no?, pero no estaba en sus planes. Estar sin él pesaba mucho más que lidiar con cualquier situación, por lo que se levantó y caminó hasta la puerta, abriéndola.

Tom y Bill caen al suelo estrepitosamente al abrirse la puerta, ya que estaban apoyados contra esta en un intento de oír algo. Sophia eleva una ceja y ambos chicos se levantan rápidamente, suspirando y evitando el contacto visual con la rubia.

- ¿Y bien? ¿Habéis conseguido oír algo? -pregunta esta, cruzándose de brazos, divertida.

- No -suspira Bill, rendido- Fue idea de Tom, está desesperado.

- ¡Bill! -grita en un susurro, rodando los ojos.

- Entra -le indica esta al de rastas, echándose a un lado para que entrase en la habitación, cerrando la puerta tras ella.

- Soph, yo.. -le interrumpe, negando con la cabeza.

- Lo siento, Tom -suspira ella, encogiéndose de hombros con pesadez- Siento mucho ser así, reaccionar así, pensar así y hacértelo pasar mal -sus lagrimas empezaban a nublar su vista- No quiero reaccionar así a la primera de cambio, no quiero que tengas que sufrir así por mi -susurraba, con la cabeza gacha- Siento mucho lo del evento, hice el ridículo.

- No hiciste el ridículo -salta Tom, poniendo un dedo bajo la barbilla de Sophia, elevándola para que pueda mirarle- Después de lo que nos pasó, no es fácil ignorar cómo te hacen sentir las cosas -susurraba, hablando con dulzura- Fue culpa mía, tendría que haber estado más pendiente.

- Ese es el problema, no quiero que lo estés -exclama esta- Quiero que no tengas que pensar en ello todo el tiempo, como si fuese de cristal -espeta, levantándose y quedando frente a él, sentado en la cama- Quiero sentirme en paz cuando hablas con otra chica.

- Trabajaremos en ello -este también se había levantado, quedando cara a cara con ella- No estoy dispuesto a dejarte ir de nuevo, no lo haré -sus palabras cobraron dureza, mientras que sus ojos estaban clavados en los de Sophia- No voy a descansar hasta que todo rastro de lo que nos pasó, haya desaparecido. Estar contigo y tener que luchar por ello es mejor que dejarte ir y conformarme con una versión más fácil, menos conflictiva. Es la guerra contigo antes que la paz sin ti.

FATE || Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora