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- Estupendo, gracias -decía Tom, antes de colgar la llamada y suspirar, echándose de nuevo en la cama.

- ¿Hm? -murmura Sophia, frunciendo el ceño ante la ignorancia.

- Una entrevista -esto relajó a la rubia, ya que estaba acostumbrada a que los chicos tuvieran cada ciertos días- Nosotros dos.

- ¿Solos? -este asiente, a lo que Sophia vuelve a fruncir el ceño- Pero, ¿por qué?

- Le interesamos a la prensa -de limita a responder Tom, esbozando una sonrisa ante el estado de parálisis en el que estaba la chica- Podemos decir que no, si quieres.

- No, iremos -decreta, incorporándose en la cama- Solo que, no lo esperaba.

- Ya te invitaron a un evento, es normal que vayan buscando algo más de atención -responde este, acariciando el hombro de Sophia- Eres una cara nueva, querrán que estes en mil sitios más.

Cada vez le sorprendía menos, ya que, evidentemente, su posición no requería poca atención, precisamente.

- Es mañana -avisa el chico- ¿Nerviosa?

- Es una entrevista de pareja -sonríe Sophia- Creo que eso puedo llevarlo -bromea, haciendo reír al de rastas.

No estaba acostumbrada a tener que ventilar su historia con Tom al resto del mundo, pero tampoco le extrañaba que el resto del mundo fuese curioso. A fin de cuentas, este llevaba razón, era una de las parejas de las que más se hablaba.

El resto del día pasó tranquilo, pegándose unos chapuzones en la gran piscina y tomando el sol, mientras escuchaba miles de canciones, junto a Tom y Bill. Un día poco ocupado, donde realmente podían respirar profundamente y no levantarse en horas.

Estaban a punto de partir hacia la entrevista, esperando a que el coche llegase a recogerles. Bill, apoyado en el marco de la puerta, sonreía mirando a la chica.

- No me acostumbro a que seas tu la que se sienta en la silla para que la maquillen -comenta Bill, en un tono divertido, haciendo que esta sonría- Estás preciosa.

- Gracias -respondía, suspirando y mirándose al espejo por vigésima vez en cinco minutos- ¿Es demasiado?

-este niega, intentando no reír ante sus nervios- Estás bien, ahora ve.

El coche había llegado y Tom ya estaba abajo, esperándola a ella. Esta sonríe al verle y se monta junto a él, cerrando la puerta y sintiendo como el motor del coche encendía.

Una brisa, no muy calurosa, entraba por el pequeño hueco que había dejado al abrir la ventana, haciendo que pequeños mechones de pelo, dancen. Tom la miraba, sabiendo que estaba pensativa, sumergida en sus propios pensamientos.

- Si no puedes responder a algo, déjame a mi -espeta este, haciendo que le mire.

- No creo que haga falta, Tom -sonríe- ¿Qué es lo peor que pueden preguntar? ¿Cuántas veces a la semana?

- Espero que no, porque no creo poder mentir -carcajea, esta le imita- Mantén el control todo el tiempo, y si hay algo a lo que no quieres responder, déjamelo a mi.

Asiente, apretando la mano que este había tendido para que la agarrase. Agradecía que la entrevista fuese con Tom, ya que sería mucho peor si tuviese que ir sola, aunque no era probable, porque además de estar saliendo con Tom y codearse con una de los grupos más importantes del mundo en el momento, ¿qué era relevante sobre ella? Era triste decirlo, pero era una chica normal, se mirase por donde se mirase.

FATE || Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora