FATE || Tom Kaulitz

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- Mamá -suspira, echándose una mano a la cabeza- No pasa nada, solo fue un beso -exclama esta, algo alterada- No me van a perseguir.

Tom ahoga una risa. Sophia y su madre llevaban hablando cerca de una hora de reloj, ya que los titulares se habían duplicado debido al escándalo que protagonizaron con aquel beso a los pies del Empire State Building.

- Todo está bien, ¿vale? -suspiraba esta, sentándose al lado de Tom- Vale. Adiós, te quiero.

Con eso, cuelga la llamada y lanza el teléfono a algún lugar en la cama, gruñendo por exasperación.

- Es normal que se preocupe -interviene Tom- Te fuiste siendo una desconocida y ahora todo el mundo habla de ti.

- "Sophia García, la novia de Tom Kaulitz" -dijo la rubia, imitando la voz de presentador- "¿Ha sentado Tom Kaulitz la cabeza con una alemana amiga de su infancia?" -siguió- Es ridículo.

Lo que era realmente ridículo es, que todas sus redes sociales estaban plagadas de comentarios ofensivos hacia ella, solo por estar con Tom. En realidad, nada era oficial, ya que habían hablado poco sobre la última noche, cuando tuvieron sexo. Se comportaban como una pareja, pero sin tener el título oficial aún, cosa de la que no habían hablado tampoco.

- Lo sé -sonríe Tom- Pero ese beso mereció la pena.

- ¿Tú crees? -este asiente- ¿Por qué?

- Porque fue con la persona con la que quiero estar -se limitó a responder.

Sophia se sonrojó, como si esos comentarios por parte de Tom, fuesen desconocidos para ella, a estas alturas. Sonrió y dejó un tímido beso sobre sus labios.

- Hablando de eso.. -susupira Sophia, reubicándose en su asiento y poniéndose frente a él- ¿Qué somos?

Aquella pregunta estaba en el top 3 cosas que toda persona pregunta cuando en una situación en la que no son amigos, pero tampoco pareja. Tom sonríe, haciendo que esta se calmara, ya que temía que la respuesta fuera poco de su agrado.

- ¿Qué quieres ser? -pregunta Tom.

Sophia respira hondo, para después expulsar el aire y lanzar una mirada fugaz al techo, antes de mirar de nuevo al de rastas.

- No quiero ser una de esas chicas con las que te acuestas y luego dices adiós -espeta, segura y directa- Quiero ser quien fui una vez, tu novia.

Esto último lo susurró en un tono mucho más bajo, casi avergonzada de decirlo en voz alta. Tom, quien le había escuchado, decidió hacer como que no, preguntándole de nuevo.

- Perdón, no te he oido -comentó, llevándose una mirada fulminante de la rubia.

- Que quiero ser tu novia -volvió a repetir, un poco más alto, a lo que Tom sonrío de lado- Me habías oído la primera vez, ¿no?

- Es posible, pero me gusta como suena -carcajea- Yo también quiero que lo seas, pero no lo haremos oficial ahora mismo.

Es posible que Sophia malinterpretase el sentido de lo que este había dicho, ya que se levantó segundos más tarde y salió por la puerta, perdiéndose en los pasillos del hotel. Tom, quien intentó ir tras ella, la perdió de pista y lanzó un gruñido, ¿qué había hecho mal?

No se estaba refiriendo a no hacerlo oficial hasta dentro en un tiempo, sino a que quería pedírselo de una manera tierna, bonita, ya que ni siquiera hace cuatro años, cuando empezaron a salir oficialmente se lo pidió bien. Fue más bien un acuerdo en un momento sentimental para ambos. No quería eso, así que quería organizar algo para ella.