Capítulo 7

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África

Me sorprendió que ese chico Mateo, me hablara, no era de esperar. Pero justo cuando me iba a decir algo, Akila nos interrumpió. Me intrigó mucho lo que quería decirme. Cuando salimos del gimnasio me paro un momento, la miro, ella se para cuando nota que no me muevo.

—Akila ¿Se puede saber porque me interrumpiste de esa manera? Podrías esperar ¿No?

—Creo recordad que te dije, que te alejaras de él—Protesta ella.

—Y yo tambien recuerdo haberte dicho que no me importa en lo más mínimo lo que paso el curso pasado.

—¿Porque lo defiendes tanto?—Dice esto con un tono más fuerte

—¿Perdona? ¿Defenderle yo? Mira Akila, yo decido con quien hablar y con quien no—Le contesto con el mismo tono que ella.

—¿Puedes por favor alejarte de él? Lo digo por tú bien. ¿Por qué no lo entiendes?

—Para ya. La que no lo entiende eres tú. Y ya te lo he dicho y te lo vuelvo a decir, tú no eres nadie para decirme con quien puedo hablar y con quien no—Esto se nos esta yendo de las manos, ella es mi mejor amiga, aprecio que quisiera protegerme pero es verdad, ella no puede elegir por mí.

—¿Sabes qué? Tú eres una idiota que no se entera de nada, luego no vengas llorando si algo te pasa—Grita por lo último y se va.

Esto ya esta de mal en peor.

No puedo pelearme con Akila antes de ir al viaje de mis sueños.

Voy a la clase que me toca y me siento pensado en todo lo que ocurrió solo por escuchar a Mateo.

No más terminar la última clase voy tras Akila que fue la primera en salir.

—Akila por favor escúchame—Le grito mientras la sigo, ella se gira—Akila, lo siento mucho por lo de antes ya sé que me pasé mucho, lo siento. Pero en serio que no sé porque odias tanto a Mateo.

—No es que lo odie o no, es solo que no quiero que te acerques a él.

—Bueno dejemos el tema de él. Pensemos en ir de compras para el viaje—Cambié de tema repentinamente, porque si seguía hablado de él acabaríamos peleándonos de nuevo.—Ya queda poco. ¿Qué te parece si quedamos la semana que viene?—Pregunto.

—Ok

UN DÍA ANTES DEL VIAJE

—¿Estás emocionada por lo de mañana?—Pregunta mi hermano Daniel, que se encuentra en la otra línea del móvil.

—Sí, es que todavía no me lo creo—Le respondo emocionada. Esta mañana recibí una llamada de él, pero no tuve tiempo para contestar porque me encontraba en el centro comercial, por eso le he llamado yo.

Ya llevábamos casi 15 minutos hablando. Él ríe por mi comentario y dice;

—Espero que te lo pases bien y disfrutes de tu viaje. Yo vendré una semana después de que vengas. Y me quedaré por unas 2 semanas, para tu cumple.

—Eso espero

—Bueno te dejó, tengo que ir a trabajar—Aquí esta anocheciendo y allí el sol esta brillando—Pásatelo muy bien y la próxima vez, nos veremos en persona. Cuídate.

—Sí, espero que la próxima vez sea en persona. Adiós. Cuídate tu tambien.—Digo eso y cuelgo. Hace tanto tiempo que no le veo.

Dejo mi móvil en mi mesita de noche y me voy al baño para ducharme. Me doy una ducha rápida y me pongo mi ropa. Mi madre ha decidido ir a cenar fuera. Me pongo un vestido negro de cuerno. Me hago una coleta alta, y de accesorio me pongo unos aros grandes y un collar de color plata que me envió Daniel desde Los Ángeles. Como calzado, llevo unas botas bastante largas de color negro que van a juego con el vestido. Una mini chaqueta de color negro, ya que aquí donde vivo yo, Manchester, hacía mucho frío casi todo el año, pero especialmente en febrero. Estoy mirando mis historias de Instagram, cuando alguien toca mi puerta. No digo nada, voy yo misma a abrirla. Es una sorpresa encontrarme a Liam. Él lleva unos vaqueros blancos con una camisa negra que le queda muy bien.

—Dime—Digo yo

—Mamá dice que bajes ya, tenemos que irnos.

—Yo ya estoy lista vamos

Cierro la puerta de mi habitación. Como mi cuarto se encuentra en la planta de arriba siempre tengo que bajar las escaleras. Eso estoy a punto de hacer pero entonces Liam habla.

—Espera

—¿Qué?—Le pregunto confundida y me giro hacia él.

—Toma—Dice él, sacado una especie de cajita de su bolsillo.

—¿Qué es esto?—Digo cogiéndoselo de la mano.

—Ábrelo—Hago lo que me dice, lo abro y veo un collar negro con un colgante en forma de corazón plateado. Es precioso.

—Es precioso —Le digo aun contemplando el collar.

—Es un regalo avanzado de mi parte para tu cumple. Me daría vergüenza dártelo delante de todos, y...—Él esta a punto de decir algo pero lo interrumpo dándole un abrazo

—Muchas gracias, no me esperaba que me reglaras algo.

—Insinúas que porque soy pequeño no puedo hacer nada—Dice él. Y yo pongo los ojos en blanco.

—Bueno, bajamos ya antes de qué mamá se enfade.

—Vamos

DESPUÉS DE LA CENA

Cuando volvemos de la cena, me voy directa a mi habitación. La cena fue espectacular, fuimos a uno de los restaurantes del amigo de mi padre. Y todo estaba exquisito. Me desmaquillo y me pongo mi pijama. Mi maleta para mañana ya esta lista. La maleta contiene; 2 pijamas, toallas, bambas de recambio, linterna, cuaderno, mi estuche, maquillaje, cargador para el móvil, auriculares, un libro, mi diario, bolígrafos, chicle, caramelos, y un neceser que incluya; pasta dental, cepillo de dientes, cepillo, peine, gomas para el pelo, una cinta para el pelo y una crema hidratante.

No llevo ropa porque nos dijeron que allí nos darían un uniforme deportivo.

Al acabar de cepillarme los dientes. Voy abajo, en el salón porqué mi madre me dijo que luego viniera. Bajo y la veo sentada en el sofá con Abby en sus brazos.

—Dime mamá, ¿De qué querías hablar?— Le pregunto mientras me siento en el sofá que esta delante de ella.

—Nada en concreto, solo quería preguntarte si ya has preparado todo para mañana.

—Sí, ya lo tengo todo listo.

—Por cierto, África, supongo que ya os habrán dicho que ir a Colombia es una excursión muy divertida. Sé que iréis allí para disfrutar y tal, pero ten mucho cuidado.

—Sí, ya sé mamá, ya nos dijeron todo ese rollo, de cuidarse y lo otro, además estaremos con nuestros profesores casi todos los días. Excepto, el quinto día que iremos nosotros solos, pero no te preocupes. En fin ¿Algo más que decir?

—No, no tengo nada más que decir, puedes irte a dormir.

—Genial, mamá.—Me levanto del sofá y me dirijo hacia las escaleras y antes de subir—Buenas noches—Dicho esto me voy.

—Buenas noches—Dice ella simplemente.

Entro a mi cuarto y cierro la luz. Intento dormir, pero no puede. Estoy demasiado nerviosa como para poder dormir.  

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