Capítulo 58

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África

Ya casi ha amanecido del todo, el cielo está precioso. Todos ya nos hemos despertado, hicimos los turnos a noche, que funcionaban de la manera en que cada uno hacía una guardia de una hora, por lo tanto, todos hemos dormido tres horas. Decidimos comenzar de nuevo el trayecto, y con suerte podríamos conseguir pasar la selva, y llegar mañana. 

Todos están listos para partir, con Mateo y Ada cogiendo las maletas. Pero antes decido ser sincera y acercarme a Axel, le toco el hombro con un dedo. Él se gira, y me mira,

 —¿África?

—Em... Creo que necesito un cambio de venda—Le digo señalando mi tobillo, que por cierto, está sufriendo de dolor.

—Ah—Sonríe—Me alegro de que hayas venido tú misma

—Creo que hasta mi dolor tiene un límite—Dicho esto, me cambia la venda, pero después añade.

—África, está era la última, ya no quedan

—Bueno, supongo que está ya aguantara

Nos podemos en marcha, caminando entre el frío. 

—África

—Dima, Ada—Ella, con la maleta, se coloca a mi lado, mientras Mateo está ubicado al otro costado.

—Desde hace tiempo he estado analizando en una cosa... Mejor dicho, he estado pensado en un tema relacionado contigo, que puede ser delicado para ti

—¿Delicado?—Pienso, pero no logro saber qué es.

—Akila—Vale, eso no me lo esperaba, y al parecer Mateo tampoco, porque su mueca de sorpresa llega al instante. Pero... Su nombre ya no me afecta, en sí, pensar en ella no es algo que me moleste del todo.

—¿Qué pasa con ella?

—Yo me llevo con ella desde el curso pasado, coincidimos en alguna que otra asignatura, comenzamos a hablar y todo eso... El punto es que el día en el cual nos mandaron al gimnasio para dar la noticia del viaje, estabas con ella. Es cierto que te vi alguna que otra vez, pero no me acordaba de ti, le pregunté a ella y... Con su expresión, con sus palabras... Me dijo que eras una amiga, pero su forma de decirlo... Em... Lo dijo de un modo en el cual diría que estaba muy feliz contigo, no sé si me explico, es decir, no parecía fingir cuando decía que te conocía de hace varios años y que eras su amiga—Sus palabras me dejan un poco desconcertada—Desde mi opinión creo que era Nancy quien la llevo en tu contra—Es cierto, tiene bastante lógica, pero...

—Puede que tengas razón, pero eso no cambia lo que me ha hecho

—Ya...

—Pero agradezco que me hayas hablado de esto—Ella me sonríe, y se adelanta para hablar con Jade y Ada.

—Así que...—Empieza Mateo, que se coloca en el hueco que deja Ada—Ya no te afecta lo de Akila, me alegro mucho

—Muchas gracias por todo Mateo, me ayudaste cuando más lo necesitaba, nunca olvidaré eso

—Más te vale—Mi risa sale sin poder evitarlo—Tú también

—¿Ah?

—Tú también me ayudaste mucho, por lo de Axel—Yo sonrío

—Mateo, quiero compartiré una sensación que tengo

—¿El qué?

—Estoy feliz por volver a casa, de veras que lo estoy, pero... Debería estar más y no lo estoy

—No eres la única—Le miro con sorpresa—Yo también. Quiero volver a casa, sí, pero no quiero separarme de este grupo

—¡Ah! Sí, es eso, no quiero separarme de vosotros, no quiero

—Ni yo, pero por ahora lo único que deseo es encontrar una salida

—Sí...

—Y... Quiero cumplir mi promesa

—Sé que lo harás

Así será.

Su promesa se cumplirá.

Estoy segura.

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